Oposición paraguaya
Me es grato dirigirme a usted en mi condición de asiduo lector de su prestigioso diario desde hace siete años en este mi segundo exilio de Suiza, y le digo segundo exilio porque, como ciudadano paraguayo, yo he vivido exiliado en Argentina durante 15 años, hasta que la dictadura militar que desquició dicho país desde el golpe militar del 24 de marzo de 1976 nuevamente me encarceló y expulsó de Argentina, mientras que centenares de compatriotas continúan desaparecidos, todo ello en connivencia, indudablemente, con la dictadura de Stroessner.El motivo de esta breve nota aclaratoria es para referirme a una noticia publicada en EL PAÍS del domingo 11 de marzo de 1984, que en su página 9 publica un comentario del acto organizado por Amnistía internacional para denunciar la violación de los derechos humanos en Paraguay, y donde he sido justamente uno de los expositores. En dicho comentario, al referirse a mi persona -mejor, a mi posición política-, dice: "Próximo al sector progresista del Movimiento Febrerista". Para comenzar, aclaremos que el Partido Revolucionario Febrerista es un partido, y no un movimiento" como señala el comentario de nuestra referencia; soy miembro fundador de dicha institución política, en cuya asamblea constituyente, en el año 1951, me cupo activa participación, y he integrado su máxima dirección política durante varios períodos, e incluso la vicepresidencia. Con esto queda demostrado que no soy simplemente "próximo al sector progresista del Movimiento Febrerista", como expresa el susodicho artículo. Actualmente, en el exilio, presido una organización del exilio paraguayo denominada Acuerdo Paraguayo en el Exilio (APE), que trata de unificar a todo el exilio paraguayo, sin exclusión alguna, con una plataforma ampliamente democrática, antidictatorial y antiimperialista, y en tal carácter participé en el acto de Madrid. / Coordinador General de APE.
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