La reactivación no ha conseguido frenar el paro en el sur de Europa
En los países de la Europa meridional, región en la que se sitúa España, la reactivación económica no ha conseguido frenar el paro. Las tasas de inflación son elevadas y los déficit públicos o de balanza de pagos corrientes, importantes. Los niveles de producción son "insuficientes" según la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE), que en su diagnóstico anual sostiene que los Gobiernos de Grecia, España, Portugal, Turquía y Yugoslavia continúan empeñados en mantener o reforzar unas políticas económicas restrictivas.En Europa Occidental, según las previsiones de la CEPE, el crecimiento del producto interior bruto (PIB) será de un 1,8% para 1984, debido esencialmente al aumento de las inversiones de capital fijo y a una sensible mejora de la balanza comercial. Las tendencias se mantendrán durante 1985, añade la CEPE, aunque pueden aparecer ciertas tensiones en los mercados financieros y nuevas subidas en los tipos de interés.
En Estados Unidos, en cambio, el incremento del producto nacional bruto (PNB) será de un 5,3% para el año en curso, según estimaciones gubernamentales, gracias al incremento del consumo privado, el aumento de las inversiones y el desarrollo del sector vivienda.
El problema más importante para Europa Occidental, dice la CEPE, va a ser el mantener durante los dos próximos años unos niveles de crecimiento en torno al 2% cuando aún no se sabe la importancia de las inversiones y el esfuerzo que están dispuestas a hacer las grandes empresas. Las condiciones de una reactivación de las inversiones han mejorado recientemente: los beneficios aumentan, las inversiones y la demanda, también. Sin embargo, precisa la CEPE, existen numerosas incógnitas como la capacidad' de producción inutilizada desde principios de 1984, la escasa rentabilidad de algunas firmas y la persistencia de los elevados niveles de inflación que conocen algunos países.
El papel de la inversión
Si las inversiones no mejoran sensiblemente, sostiene la CEPE, cabría la posibilidad de que la reactivación económica toque techo en 1985, al mismo tiempo que descendería en Estados Unidos. Las consecuencias de esta evolución serían graves no sólo para Europa, sino también para los países del Tercer Mundo endeudados.Una mejora de la situación económica de estos últimos únicamente se conseguiría si el crecimiento económico se mantiene durante la próxima década en los países industrializados. Si esta mejora no se concreta aparecerán de nuevo tensiones en los mercados financieros internacionales y se agravará la deuda del Tercer Mundo.
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