Subir a esquiar a Navacerrada, una compleja odisea dominical para varios miles de madrileños

Para un esquiador el puerto de Navacerrada en domingo significa interminables colas y unas pistas atestadas de gente. Pero no todos los que suben allí son esquiadores. Su proximidad a Madrid, 62 kilómetros, hace que sea uno de los lugares preferidos por los habitantes de la capital para pasar una jornada en plena naturaleza. Montañeros, excursionistas, familias que van a pisar la nieve, ciclistas, atletas, colegios y turistas conforman el variopinto conjunto de personas que suben cada domingo a la sierra. Una sierra a la que, con unas instalaciones que quedaron pequeñas hace mucho tiempo se quiere sacar todo el fruto en invierno. La falta de nieve durante varios años .ha provocado la ruina de los clubes que allí tienen sus albergues y de Tagsa, la empresa de remontes del puerto de Navacerrada, que la Diputación de Madrid adquirió tres años.Subir un domingo en coche es una odisea. A las 11 de la mañana, la carretera es un auténtico caos. Las retenciones ocasionadas por el cruce de peatones en el álto del puerto y la falta de plazas de aparcamiento obligan a esperas de casi una hora para cubrir los siete últimos kilómetros. Los usuarios no comprenden cómo una carretera nacional carece de carril para vehículos lentos. El regreso suele resultar igual de penoso. Entre las 17 y las 19 horas, se llega a tardar hasta 45 minutos en cubrir siete kilómetros.

Los aparcamientos son insuficientes para la afluencia de público. En el puerto de Navacerrada existen tan sólo unas 1.000 plazas que se disputan los turismos y los numerosos autocares. Por este motivo, muchos aparcan en las cunetas, estrechan la calzada y provocan mayores atascos, .

El aparcamiento, principal del puerto, además, cada domingo se convierte en un zoco. Puestos callejeros ofrecen su mercancía, ocupando plazas que están destinadas a los coches y estrechando el acceso de entrada. Cacharros de barro, cerámica de Talavera, bocadillos, latas de bebidas, chorizos fritos, tortas, rosquillas y barras de pan constituyen la principal oferta a los visitantes, muchos de los cuales no tienen reparo en ingerir unos alimentos sin control de Sanidad y que, en muchos casos, están situados a la altura de los tubos de escape de los automóviles.

La presencia de los vendedores suscita suspicacias entre los hosteleros del puerto. Según éstos, no todos los vendedores tienen permiso, y los que lo tienen es para venta ambulante, Se quejan, además, de que los lunes el aparcamiento parece un basurero. Los vendedores se defienden y aseguran que todos tienen permisos, algunos desde hace 24 años, y que esta venta representa. su única fuente de Ingresos.

La oferta turística del puerto de Navacerrada sólo alcanza a los esquiadores, y con servicios no siempre idóneos. Hay remontes mal proyectados u obsoletos, pistas mal cuidadas llenas de piedras y arbustos, y un trampolín junto a una pista de aprendizaje. No existen guarderías, y para el resto de visitantes no existe ningún tipo de servicios mínimos. Hay tres restaurantes y un autoservicio para 115 personas, que resultan insuficientes para la demanda existente.

Muchos proyectos

Según Femando de Andrés, director general de Deportes de la Comunidad Autónoma, actual propietaria dé los remontes del puerto de Navacerrada por transferencia de la desaparecida.Diputación Provincial, aún no se ha elaborádo un plan sobre la sierra porque no estaba aceptado el presupuesto. "Ahora hay un presupuesto global para instalaciones deportivas de 1.200 millones de pesetas en el que entrará el puerto de Navacerrada. Habrá que hacer un estudio de la sierra y sus soluciones. El futuro no pas a por que haya nieve o no. Hay que potenciar el excursionismo y el montañismo, y que suban los niños de los colegios"."A corto plazo", añade De Andrés, "se están solucionando los problemas laborales para que la empresa siga funcionando. A medio plazo, habrá que hacer unas instalaciones que se utilicen todo el año. Una piscina, por ejemplo, con otras instalaciones a su alrededor. También se potenciarán los senderos de largo recorrido y los lugares turísticos".

En 1981, la Diputación Provincial de Madrid compró el 75% de las acciones de Transportes Aéreos Guadarrama, SA (TAGSA), propietaria de los remontes mecánicos del puerto de Navacerrada. Con ello se convertía en socio mayoritario de una empresa que en los últimos años, a causa de la subida de los salarios, del coste del mantenimiento y de la falta de nieve, había dejado de ganar unos 29 millones de pesetas.

En una conferencia de prensa, el entonces presidente de la Diputación, Rodríguez Colorado, indicó algunas sugerencias tendentes a solucionar los problemas del puerto de Navaterrada: ampliar los aparcamientos (ya entonces insuficientes), hacer unos servicios públicos, una pista de hielo, sendas ecológícas, cambiar él trampolín de lugar, un edificio con servicios recreativos (cine, discoteca, juegos, etcétera), cañones de nieve artificial en la zona de El Escaparate, una ordenación conjunta de la sierra (con la posible implicación de Valcotos y Valdesquí), doblé carril de subida en la carretera y aparcamíentos disuasorios en Cercedilla y Navacerrada, para desde allí subir en tren o autocar. Todos los proyectos han quedado, hasta el momento, en palabras.