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Entrevista:

"Nuestra autonomía ha estado al borde de la quiebra"

"Sin un cambio de política, la Comunidad Autónoma de Murcia habría llegado al borde de la quiebra". Ésta es la opinión del economista José Molina, 46 años, actual vicepresidente del Instituto de Censores Jurados de Cuentas y ex consejero de Economía y Hacienda de Murcia. Su renuncia al cargo, el 27 de febrero pasado, abrió la crisis política en esta región. Molina, quien probablemente volverá a incorporarse al Gobierno regional bajo la presidencia de Carlos Collado, es partidario de rectificar la línea del Ejecutivo autónomo.

Pregunta. ¿Cuáles son las razones concretas por las que usted aconseja una rectificación?

Respuesta. En la actual situación de crisis económica, la capacidad legal de las comunidades para endeudarse está enfrentada con las posibilidades reales de hacerlo. Murcia, que es el caso más extremo de cuantos se plantean en España, ha estado al borde de llegar a una situación de quiebra.

Las comunidades autónomas no deberían endeudarse más de lo que consigan ahorrar por una mejor gestión. Por ejemplo, este año hemos podido hacer en Murcia un ahorro valorativo entre 200 millones y 300 millones de pesetas, y eso es lo que debe dedicarse a mejorar los servicios al ciudadano, que considero, lo más importante. El problema es que la Administración central ha transferido las competencias con todos sus problemas, y lo que debe hacerse es mejorar el servicio con la misma dotación.

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P. Pero los ciudadanos pueden tener la impresión de que las autonomías son innecesarias, si no afrontan los problemas que tampoco afrontaba la Administración central.

R. Cuando me hice cargo de la Consejería de Economía y Hacienda de Murcia, yo dije aquí que no podíamos resolver de golpe los problemas del desempleo, de la deficiencia de equipamientos o de las exportaciones; lo que podemos asumir con responsabilidad es el arreglo de los puntos débiles de nuestra organización administrativa. Por ejemplo, yo me encontré en Murcia con una administración totalmente amanuense: sólo existe un centro de proceso de datos, cuya única función es confeccionar la nómina de la comunidad. De ahí mi propuesta de un plan de informatización a dos años, capaz de mejorar los sistemas de gestión.

El hecho de disponer de autonomía no permite resolver todos los problemas, ni pensar en que cada comunidad puede salvarse por sí misma y olvidarse de las demás. Hace falta cierto acuerdo entre las comunidades autónomas, confluir en criterios de equilibrio, para que el desarrollo de una no vaya en contra del desarrollo de la otra. La herramienta para esa política sería el Consejo de Política Fiscal y Financiera, cuyas resoluciones deberían ser vinculantes para las comunidades autónomas.

P. ¿La comunidad de Murcia rebajará los incrementos salariales de sus consejeros?

R. Desde luego. Pero el problema de los sueldos viene de que los pactos autonómicos UCD-PSOE no establecieron una estructura de función pública para las administraciones autónomas, lo cual ha generado esta situación de que cada uno se asigna lo que quiere. Ahora mismo no hay plantilla ni organigramas, y eso provoca una serie de problemas enormes. El hecho de que España sea un Estado de las autonomías no choca con una cierta homologación entre las comunidades.

P. Además de una mala administración, o de impulsar una política de riesgo excesivo, ¿el partido socialista puede estar directamente implicado en corrupciones?

R. Creo que no. Yo no pertenezco al PSOE -era el único Independiente del equipo anterior-, pero por mi conocimiento de la situación pienso que los comportanúentos incorrectos pueden afectar, en todo caso, a personas concretas, y no al partido. Es más, la situación interna de aquí podía haber estallado por la oposición, y sin embargo ha sido uno de los propios consejeros -aunque no milite en el PSOE- quien ha provocado la crisis. El partido, como tal, ha hecho un planteamiento de auténtica autocrítica: eso se está viendo.

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