Liberada María Ángeles Sánchez, tras seis días de secuestro en la sierra almeriense
Una unidad de los Grupos Antiterroristas Rurales de la Guardia Civil logró rescatar en las cercanías del pueblo almeriense de Laujar, a las 19.00 horas de ayer, a la niña de 10 años María Ángeles Sánchez, que permanecía secuestrada desde el pasado jueves por Andrés Durán, que fue detenido. La liberación de la niña se realizó sin incidentes, pese a que el secuestrador amenazó inicialmente a sus captores con una escopeta. Con anterioridad al desenlace del secuestro, más de 100 empleados del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona) habían abandonado sus tareas de repoblación de pinos en las estribaciones almerienses de Sierra Nevada para incorporarse a la búsqueda de Andrés Durán y de María Ángeles Sánchez y facilitar la labor de rastreo de un centenar de guardias civiles, auxiliados por tres perros policía.
En el momento de la liberación de María Ángeles Sánchez, Andrés Durán se encontraba apostado tras un dique situado a unos tres kilómetros de Laujar, en la zona de la sierra de la Lobera y en el barranco de la Bonaya, a unos 300 metros de la carretera entre Laujar y Bayarca. A pesar de tener una escopeta de caza y amenazar con ella a sus captores, el secuestrador, tras un breve diálogo con un teniente de la guardia civil, depuso su actitud, se echó a llorar y se entregó, totalmente abatido. La niña, según manifestaron fuentes oficiales, mostró en todo momento una "entereza sorprendente", y no presentaba muestras de violencia física, pero sí de desnutrición, de acuerdo con el reconocimiento médico de urgencia que le fue practicado.María Ángeles, informa Efe, manifestó a la doctora que la atendió tras su liberación que tuvo que cuidar de su secuestrador, quien padecía mareos, a lo que ella le decía, solícita, "no te preocupes que yo te cuido". María Ángeles, afectada de faringitis por los fríos pasados, manifestó que su secuestrador durante el cautiverio le había "tratado como si fuera su propia hija" y le daba toda la comida.
La operación de busca de la niña estuvo dirigida por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Campos, que ayer declaró a este periódico que su objetivo era "evitar la tragedia, intentar impedir que se derrame la sangre del secuestrador o la secuestrada". Antes de culminar el rescate de María Ángeles, que materializó junto a un guarda de Icona, el teniente coronel admitió que Durán tenía sobre sus perseguidores la ventaja de conocer como la palma de la mano el terreno por el que deambulaba, pero señaló que esperaban coger al secuestrador "en el momento de su hundimiento físico y moral", situación que consideraban inminente.
En las primeras horas de ayer, unos 12 guardias civiles al mando de un joven teniente habían instalado un vivac al pie del cerro Aguilar, en las proximidades del cortijo de La Vega, donde el pasado lunes fueron vistos Durán y la pequeña Ángeles Sánchez.
El pasado lunes la Guardia Civil buscó a Durán en el Cerro de la Almirez, al norte de Laujar de Andarax, un picacho de 2.516 metros de altura coronado por nieves, pero Durán no estaba allí. Ese día un pastor de cabras, conocido por Juan el de la Villa, lo vio al mediodía en el cortijo de La Vega, propiedad de Antonio Ruiz López, justo al lado contrario de donde lo estaban buscando, al sur de la citada localidad. El pastor, que no informó del encuentro hasta las nueve de la noche, afirmó después que Durán y la niña estaban en un pajar del cortijo, una pequeña construcción rodeada de parras, chumberas y álamos. El secuestrador pidió alimentos al pastor y volvió a repetir que su único objetivo era que el padre de la niña, que según Durán le debe 100.000 pesetas, fuera a buscarlo.
El escenario de este drama que ha durado seis días se situó ayer en Laujar de Andarax, la población de donde es natural Andrés Durán. Laujar es un pueblo de la Alpujarra almeriense distante 70 kilómetros de la capital, que tiene unos 2.000 habitantes y está situado a 913 metros de altura. Sus vecinos se dedican a trabajar en la repoblación forestal promovida por Icona y a acudir como jornaleros al cercano Campo de Dalias en cuyos invernaderos comenzó la tragedia el pasado jueves.
En Laujar, donde ayer se comenzó la siembra de la patata, no se conocía un suceso semejante desde los tiempos finales del siglo XVI, en que esta población fue corte de Omar ben Haflun, Abel Humeya, un morisco que se autoproclamó rey de Granada y capitaneó una revuelta que sólo pudo sofocarse tras 20 años de guerra.
Laujar está situado en una hondonada rodeada de colinas repletas de bosques de pinos y encinas. En sus alrededores hay abundantes cuevas, minas y cortijos, que según la Guardia Civil, hacen inútiles el empleo de helicópteros en las tareas de búsqueda.
Andrés Durán es natural de Laujar de Andarax y allí terminó el recorrido que inició el jueves pasado en El Egido. Hasta el momento de la liberación de María Ángeles Sánchez, este pueblo serrano vivió horas de angustia. En su cuartelillo de la Guardia Civil, donde habitualmente hay un sargento y cinco números, unos 100
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