Biolys, SA, despide a la casi totalidad del equipo térmico
La empresa Ingeniería Química de Tarragona SA, ahora Biolys SA -propiedad, al 50%, de la multinacional Degussa AG, y de Antibióticos, SA- firmó a finales de 1983 un contrato con la Administracióh para realizar un plan concertado de investigación sobre la producción industrial de la lisina, aminoácido utilizado en preparados alipenticios. Según el contrato, la Administración se comprometía a aportar 80 millones de pesetas a la investigación, cuyo coste total se eleva a 160 millones. Un mes después, el 12 de enero de 1984, Biolys comunicaba el despido a la casi totalidad de los miembros de su equipo, que ya había intervenido en un anterior plan concertado, desmantelaba su centro de trabajo y suspendía las becas de dos licenciados de la universidad de León que participaban en la investigación desde hacía cuatro años.La empresa Ingeniería Química de Tarragona SA (IQTSA), ahora Biolys SA, se creó en 1974 con el único objetivo de investigar y desarrollar un proceso para la producción industrial de la lisina, para contrarrestar la crisis de alimentos protéicos, y se convirtió en el único centro que llevaba a cabo investigaciones de este tipo en España. Desde 1978 a 1980 IQTSA disfrutó de un primer plan concertado de investigación, al que la Administración aportó 45 millones y cuyos resultados fueron deIclarados "económicamente explotables". Posteriormente, en diciembre de 1982, y ante el éxito del primer proyecto, solicitó. otro plan concertado, que le fue concedido, por un importe de 160 millones de pesetas, de los cuales 80 millones serían aportados por la Administración. En junio de 1983, IQTSA cambió de nombre, se convirtió en Biolys SA y, al mes de firmar el contrato con la Administración, despidió a sus trabajadores y desmanteló virtualmente su centro de Tarragona. Sin embargo, Mario Conde, consejero delegado de una de las empresas copropietarias, Antibióticos SA, asegura que la investigación continuará en el centro que su empresa tiene en Madrid.
El proyecto fue aprobado conforme a una memoria realizada por el departamento de Biología de la universidad de León, de cuyos servicios se ha prescindido, y por el equipo de investigadores de Tarragona, ahora despedido. En ella constaba la experiencia de los técnicos y científicos del equipo, se señalaba que el plan se desarrollaría en los laboratorios de IQTSA y en la facultad de Biología de la universidad de León, especificándose el proceso a seguir. El profesor Francisco Martín, de la universidad de León, admite que "nuestra intervención en el proyecto ha quedado paralizada y los dos licenciados que realizaban su doctorado sobre la investigación genética de la lisina han perdido sus becas". "Habíamos avanzado mucho en el estudio y hasta se habían conseguido dos patentes. Lo que han hecho no tiene sentido", agrega Franciso Martín.
Las ocho trabajadores fijos y los cuatro eventuales, cuyos despidos serán vistos en la Magistratura de Trabajo de Tarragona el próximo 20 de marzo, afirman ser los únicos que han realizado este tipo de trabajo en España y añaden que "el proyecto no fue concedido a ninguna de las dos empresas copropietarias, sino a IQTSA y a su centro de investigación, por lo que para nosotros el futuro de los 80 millones es incierto".
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