Carta abierta a Ramón Tamames, a propósito de AHM
Respetado catedrático:Con suma atención he leído en EL PAIS su reciente artículo Sagunto: aún estamos a tiempo, en el que postula ciertas soluciones para AHM.
Con la máxima consideración a su persona, le doy las gracias por incorporarse a este gran concierto de hombres que denodadamente buscamos una solución económica y siderúrgica para Sagunto.
Con objeto de aportarle más elementos de juicio, quisiera facilitarle más datos sobre la problemática siderúrgica y expresarlos llanamente para todos los lectores. De su artículo puede extraerse la proposición concreta: "Que se asigne a AHM una inversión de 16.000 millones de pesetas hasta 1995, que en pocos años podría rendir beneficios".
Puedo asegurarle que ni los eficientes japoneses logran una rentabilidad, en términos reales, superior al 10% de sus colosales inversiones siderúrgicas.
La ley de los grandes números
Si los 16.000 millones hubieran sido ya invertidos en AHM, en un supremo acto de fe se podría admitir que habrían mejorado en 1.600 millones las pérdidas de 9.000 millones de AHM en 1983.
Como puede apreciarse es una acción marcadamente insuficiente para la plena resolución de tan grave problema.
Lo que realmente ocurre es que también la siderurgia se halla inmersa en la ley de los grandes números, es decir, que para subsistir requiere una masa crítica mínima y concentrada.
Así lo ha comprendido la banca, el comercio, la aeronáutica, el automóvil, etcétera.
En la siderurgia integral de acero al carbono, mundialmente se reconoce que la masa crítica mínima de producción de acero, con instalaciones modernas y de gran capacidad, rebasa a la de AHM en millones de toneladas.
Y que la inversión unitaria mínima es superior a 1.000 dólares por tonelada, lo que equivale a 60 millones de pesetas por persona empleada en siderurgia.
Con estos parámetros sólo basta multiplicar por el número de personas que usted desee para hallar la astronómica inversión necesaria para resolver siderúrgicamente el problema de Sagunto.
Creo que con razonamientos similares, en 1970 el Gobierno previó una planta de seis millones de toneladas de acero en Sagunto, porque estimó para 1982 un consumo en España superior a 20 millones.
Pero la realidad es que en 1983 España sólo ha consumido ocho.
La problemática es muy diferente ahora, por lo que también habrán de serlo las decisiones.
Como otro enfoque, quisiera referirle también que, en AHM y en 1983, después de haber cobrado de los clientes y pagado a los suministradores, sólo han aparecido 5.000 millones de pesetas en el cajón. Esta cifra es prácticamente inamovible porque el precio de los productos siderúrgicos y el de los suministros son los mismos en todos los mercados mundiales.
La tarea del equilibrio
Y con estos 5.000 millones generados ha habido que hacer frente a los costes internos de la empresa. Que han sido 8.200 de personal, 1.800 de amortizaciones y 4.000 de cargas financieras. Total, 14.000 millones. Por eso ha habido 9.000 millones de pérdidas.
Con estas cifras quisiera dar a entender humildemente que me parece tarea sobrehumana equilibrar económicamente y siderúrgicamente a AHM.
Claro que, finalmente, también cabe preguntarse si la gestión empresarial en AHM ha sido en 1983 buena o mala. Todo es posible.
Pero remitiéndonos una vez más a las cifras podemos señalar que, hasta 1978, AHM era una empresa privada y que en dicho año registró 6.597 millones de pesetas en pérdidas.
En tal año, el INI se vio obligado a hacerse cargo de AHM. Me complace referir que hemos podido comprobar que la gestión de nuestros antecesores fue la mejor posible dadas las circunstancias.
Pero corrigiendo por efecto inflacionario las pesetas de 1978, las pérdidas de entonces equivaldrían a 13.000 millones de pesetas de 1983.
Son sólo 4.000 millones lo que hemos sabido arañar del importante volumen de pérdidas a que tendía AHM.
A nosotros nos parece enorme el desequilibrio dinámico a que está sometido AHM, e incorregible con acciones diminutas.
Esperando que estos datos le hayan podido servir para una mayor comprensión del problema, le saludo muy atentamente.
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