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El conflicto de los camioneros franceses, un pulso al Gobierno

El bloqueo de decenas de miles de automovilistas en las carretaras francesas que conducen a las estaciones invernales, a causa del movimiento de protesta impulsado por las organizaciones patronales del transporte por carretera, que ha dado lugar a embotellamientos de tráfico de dimensiones jamás conocidas en Francia, desembocó ayer tarde en una prueba de fuerza entre los manifestantes y los poderes públicos.Las dos principales organizaciones patronales del sector, que agrupan a la mayoría de los 32.000 transportistas franceses, han llamado a sus afiliados a provocar "un movimiento de envergadura nacional", en protesta contra la intervención de las fuerzas del orden decretada por el Gobierno, que juzga "inadmisible esta toma de rehenes de franceses por otros franceses" en palabras del portavoz gubernamental, Max Gallo, quien ha señalado que "el Gobierno no cederá a un ultimátum que toma carácter político".

Los primeros enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los transportistas se produjeron ayer en el sudeste francés, donde la gendarmería utilizó gases lacrimógenos para despejar parcialmente las rutas. Ayer por la tarde, las consignas de extensión del movimiento a todo el país no habían surtido efecto apreciable.

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