Cinco muertos y tres heridos a consecuencia de una explosión de gas en un chalé de Benidorm

Cinco personas muertas y otras tres heridas es el balance derinitivo de la exploslón de gas propano ocurrida en la noche del sábado en el chalé Equus, en el término municipal de Benidorm (Alicante), que quedó reducido a un enorme montón de escombros. Los trabajos de rescate de los cadáveres, sepultados entre las ruinas de la casa, una residencia de dos plantas, finalizaron a las cinco de la madrugada de ayer, domingo, y en ellos participaron desde el primer momento fuerzas de la Policía Nacional, Protección Civil de Benidorm, Policía Municipal, Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja y Guardia Civil.

Las víctimas de este accidente son el propietario del chalé, Luis Albendea Gómez, de 72 años, natural de Siantander y dueño de la empresa La Paragüera Bilbaína, en la capital de Vizcaya; su esposa, Aría María Monderuza Otero, de 69 años; Dolores Monderuza Otero, de 67 años, hermana de ésta; el técnico Luis Sánchez Gómez, de 42 años, y su hijo, Pedro Luis Sánchez Calero, de 14 años de edad. Con heridas de diversa consideración resulta ron, Rosa Albendea Monderuza de 45 años, hija de los propietarios del chalé; su amiga Inmaculada Amezcua Galdós, y Áurea Prieto Viñas, que trabajaba como amade llaves de la familia, y es esposa del casero de la finca Manuel Blanco Mateo, que resultó ileso al encontrarse en el momento de la explosión en una casa aneja, residencia de los porteros.Durante la noche del sábado se especuló con la hipótesis de que el accidente pudiera tratarse de un atentado, dada la procedencia vasca de los propietarios. El equipo de desactivación de explosivos de la policía descartó rotundamente esta posibilidad en declaraciones a la agencia Europa Press, señalando que la explosión se debió a un escape de gas propano. El matrimonio había adquirido el chalé en junio de 1982, con el fin de residir en él todo el año.

Los hechos se produjeron a las 8.40 horas de la tarde del sábado, cuando el técnico Luis Sánchez Gómez, acompañado de su hijo Pedro Luis, procedía a reparar una fuga de gas en las instalaciones de la calefacción de la residencia, en el sótano del chalé, tras ser avisado con anterioridad por la familia al notar alguna irregularidad en el sistema de la caldera. La explosión provocó en unos segundos la inmediata voladura de los dos pisos de la casa, que quedó convertida en miles de kilos de escombros, bajo los cuales permanecieron, hasta primeras horas de la madrugada del domingo, las cinco personas fallecidas.

Los tres heridos fueron trasladados tras el accidente a la clínica Virgen de Fátima, de Bendidorm, aunque Inmaculada Amezcua Galdós, amiga de la hija del matrimonio propietario de la casa, dada la gravedad de sus heridas, fue ingresada en el hospital de la Seguridad Social de Alicante.

Según informaciones recogidas a última hora de ayer por este periódico, Inmaculada sufría fracturas de extrema gravedad en ambas piernas. En un principio se creía que Inmaculada había desaparecido bajo los escombros, pero fue encontrada poco después por las fuerzas de rescate.

Cabe, además, señalar la penosa circunstancia de que la esposa y una hija del técnico de la compañía de gas fallecido en el accidente fueron testigos del mismo, al encontrarse en las inmediaciones del chalé esperando a que finalizara la reparación del escape de gas.