La minicrisis de Hacienda se anticipó a otros cambios esperados en la Administración
La destitución de José Víctor Sevilla como secretario de Estado de Hacienda, acordada el pasado miércoles en Consejo de Ministros, significa el primer paso hacia una serie de futuros ceses en niveles altos de la Administración del Estado, según aseguraron ayer fuentes gubernamentales, que, de paso minimizaron la trascendencia de la decisión de sustituir a Sevilla por José Borrell, que desempeñaba la secretaría general de Presupuesto.
También trataron estos medio, de restar importancia, al tiempo, a los rumores de que el cese del secretario de Estado habría sido una "consecuencia remota" de las divergencias de planteamientos entre el vicepresidente Guerra y el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer. No obstante, Guerra aparecía visiblemente contrariado cuando el miércoles los periodistas le preguntaron en los pasillos de las Cortes por su versión de las razones del cese.Hasta ahora, tal cese no ha sido explicado oficialmente, dado que, contra lo habitual, el Consejo de Ministros de esta semana, pese a haber adoptado abundantes decisiones -y no tener, por tanto, un carácter deliberante-, no fue seguido por la conferencia de prensa en torno al portavoz del Gobierno o a su sustituto el director general de coordinación informativa, ya que, en está ocasión, el portavoz acababa de partir hacia Venezuela, acompañando al presidente González
En medios socialistas se atribuía en parte la aparente irritación de Guerra a que la decisión de Boyer habría sido tomada prácticamente sin consultarle, y sólo se habría enterado de la misma en la noche del martes, pocas horas antes del comienzo del Consejo de Ministros. Por otro lado, se consideraba que Sevilla mantenía tesis concordantes con las del vicepresidente en numerosos temas concretos. Tampoco la directiva del PSOE -que el propio miércoles reunía a la comisión permanente de la ejecutiva- habría sido informada con una mínima antelación.
Como contraste a, lo ocurrido en el caso de Sevilla, se retrasan las previstas sustituciones de varios altos cargos, entre los que se encuentran algunos del Ministerio del Interior -comenzando por el subsecretario, Carlos Sanjuán, quien ayer se extrañaba de que su petición de dimisión aún no hubiera sido atendida- y del departamento de Sanidad. Pero medios gubernamentales aseguraron a EL PAÍS que pronto habrá relevos de altos cargos, entre ellos los de varios gobernadores civiles. "Es necesario realizar algunos cambios si queremos consolidar las reformas ya emprendidas el pasado año", indicó un ministro no perteneciente al equipo económico y que se confesó sorprendido por la forma en que había sido cesado a Sevilla.
Sea como fuere, Alfonso Guerra parece decidido a mantener su papel de enlace ocasional entre el Gobierno -incluyendo lo referente a las áreas económicas- y el partido. A estos efectos, el vicepresidente tiene previsto inaugurar esta mañana las Jornadas sobre política energética organizadas por el PSOE y a las que asistirá uno de los puntales del equipo de Boyer, el ministro de Industria, Carlos Solchaga.
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