Bancos y cajas de ahorro, obligados a invertir los primeros 560.000 millones de pesetas en pagarés del Tesoro
Los bancos y las cajas de ahorro tendrán que dedicar desde ahora algo más de 50.000 millones de pesetas a pagarés del Tesoro, obligación que se incrementará en los próximos meses, con el fin de garantizar la colocación de los casi tres billones de pesetas que saldrán en dichos títulos de deuda pública a corto plazo. Esta es, según medios financieros, la finalidad de dos órdenes publicadas el sábado en el Boletín Oficial del Estado, que elevan en 3,5 puntos sus coeficientes de inversión en fondos públicos, remunerados cuatro o cinco puntos por debajo del 15% a que están los pagarés.
La nueva subida de los coeficientes de inversión forma parte de los cambios que, concertados en las alturas desde el pasado otoño, se han iniciado en la financiación del déficit público y en la regulación de la masa de dinero disponible en el sistema. Al ser declarados a extinguir los certificados de regulación monetaria con los que el Banco de España retiraba liquidez del sistema para contrarrestar el dinero entregado al sector público o contra la crisis bancaria, los vencimientos paulatinos de dichos títulos, que se prolongarán hasta abril, provocan un aumento del dinero en circulación, que ahora sale del sistema mediante la emisión de pagarés, utilizados como único regulador.Así, el saldo de pagarés en circulación hace poco más de un mes se ha duplicado, hasta situarse en 1,2 billones de pesetas. Y podrá alcanzar, al terminar el año, los tres billones de pesetas, por las necesidades de financiación del déficit público y porque antes de finales de abril vencerán los últimos 1,5 billones de pesetas en certificados. Para entonces está previsto que la ley que modificará los coeficientes de inversión obligatoria (véase EL PAIS de 19 de enero de 1984) fije un subcoeficiente del 10% a cubrir con pagarés, equivalente a más de 1,5 billones. De esta forma, se habrá consolidado en la práctica la inversión que tenían las entidades de crédito en certificados de regulación.
La banca y las cajas disponían de casi todos los 1,8 billones de pesetas en certificados que había al terminar el pasado año, y también buena parte de los 600.000 mifiones de pesetas de pagarés del Tesoro. En el último mes, el Banco de España, mientras ha empezado a subastar nuevos pagarés por encargo del Tesoro, se ha hecho con una cartera superior al medio billón de pesetas, que le permitirá retirar y meter dinero en el sistema para controlar la inflación y los tipos.
Mediante la obligación de que bancos y cajas se queden con una cantidad mínima de pagarés -sus tipos de interés rozan ya el 15% y son menos interesantes que los certificados, que llegaron el pasado verano a ser remunerados al 23%-, el Banco de España pretende asegurar, sin incertidumbres, el éxito de la operación de sustitución, así como no afectar a la financiación del sector público ni a las cuentas de resultados del sector financiero. La pasada semana tuvieron que entregarle cerca de 350.000 millones de pesetas por la entrada en vigor de la elevación al 20% de los coeficientes de caja, que ha tenido como contrapartida la mayor remuneración de estos depósitos obligatorios. Pero seis puntos de los 8,25 que ha subido el coeficiente de caja (del 11,75% al 20% hasta febrero, en que bajará al 18%) pueden cubrirlos las entidades de crédito con certificados, hasta que se extingan.
Insuficiente control
Medios financieros consideraron, sin embargo, que esto no sería suficiente para controlar la masa monetaria. De hecho, los últimos vencimientos de certificados, al no ser sustituidos por pagarés, han supuesto un aumento de la liquidez del sistema, que hundió en las primeras semanas del año los préstamos interbancarios a muy corto plazo, situación sólo paliada parcialmente con la inmovilización de dinero del coeficiente de caja.
Las previsiones sobre el nuevo 10% de inversión obligatoria en pagarés reprimieron el pasado jueves la participación de banca y cajas en la primera gran subasta de este año, en la que sólo concurrieron los particulares con unos 50.000 millones de pesetas y el Banco de España con otros 140.000. La medida está siendo negociada en las alturas, de cara a la modificación legal de los coeficientes de inversión, anunciada para finales de 1983 y ahora para la primavera.
Los porcentajes de inversión obligatoria en fondos públicos, como otros coeficientes legales, se miden sobre los 10 billones de pesetas de recursos computables de la banca y los seis billones de las cajas, masa que aumentará en casi otro billón cuando termine de extenderse su aplicación a cédulas hipotecarias, bonos y otros instrumentos no incluidos hasta este año en el cómputo. Con el aumento de hace apenas dos meses -0,5 puntos la banca y 0,25 las cajas para financiar los daños causados por las inundaciones en el País Vasco-, desde ahora alcanzarán para la primera el 17% y para las cajas el 28,75. Unidos estos porcentajes a otros tipos de inversión obligatoria, la subida del coeficiente de caja y el esperado 10% para pagarés, la próxima primavera las entidades, de crédito tendrán regulada algo más de la mitad de sus recursos ajenos.
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