La rentabilidad de los recursos cautivos de la banca aumentará medio punto en 1984 con los nuevos coeficientes
Los beneficios de la banca en 1984 no se van a ver afectados negativamente, e incluso pueden mejorar levemente, como consecuencia de la última elevación del coeficiente de caja, que ayer entró en vigor. Las nuevas disposiciones inquietan seriamente a responsables de cajas y bancos, que temen encontrarse, con el déficit público como justificación de fondo, en un proceso de paulatina pérdida de libertad profesional y creciente hipoteca de su actividad al Estado. Al tiempo que desconfían que estas medidas sean las últimas que se tomen a lo largo del ejercicio, bien formalmente o mediante los llamados coeficientes telefónicos o matildes.
Existe una creencia bastante generalizada en bancos y cajas de que a finales de mayo, por uno ja otro procedimiento, pueden ver inmovilizados otro 10% de sus fondos, con lo que se alcanzaría la barrera del 50% y prácticamente no quedaría un duro para facilitar financiación a las empresas.El aumento del coeficiente de caja del 11,75 % al 18 % de los pasivos, con una disminución del tramo no remunerado (del 7,75% al 5%) y una mayr rentabilidad para el resto. del porcentaje cautivo (13,5% frente al 10% existente hasta ahora), junto al aumento de la base computable, significa, a uicio de expertos de la banca, "una mejora de algo menos de medio punto en el rendimiento bruto de los recursos que mantiene cautivos".
La composición y remuneración de los pasivos sujetos a coeficiente de caja hasta la entrada en vigor de las nuevas normas daba una remuneración ponderada del 3,4%. La nueva situación eleva esta última cifra hasta el 9,75%.
Ventaja comparativa
Pero para comparar las dos situaciones, siempre según estimaciones bancarias, hay que considerar el incremento en el porcentaje de fondos cautivos que se produce (6,25%) y su probable retribución actual (18%) que deja de obtenerse.Esto, supone una pérdida de rentabilidad de 1,125%, que sumada al 0,4% que se cobraba hasta ahora por fondos cautivos por el coeficiente de caja, arroja una rentabilidad media del 1,525% para el 18% de los fondos actualmente sujetos o no a coeficiente. Esto equivale, en rentabilidad media ponderada, al8,47%.
En apariencia, la nueva estructura dé coeficiente arroja una ventaja comparativa de 1,28% de mayor rendimiento para la banca. Esta conclusión, no obstante, debe matizarse teniendo en cuenta que el nuevo coeficiente afecta a más pasivos (bonos, cédulas hipotecarias, pagarés de empresa, etcétera), por lo que eleva, por ampliación de la base, el volumen de fondos cautivos, que pasarán de un probable rendimiento del 18% a poco más de la mitad (9,75%), con una pérdida, en consecuencia, del 8,25%.
Según las fuentes bancarias, en la medida que estos pasivos sujetos a partir de ahora a coeficiente representan más del 15,5% del total de pasivos computables hasta la aparición de las nuevas normas, "la venta a en rendimiento se perdería".
Además, según uno de los siete grandes de la banca, hay que considerar la repercusión adicional sobre la rentabilidad del increffiento de medio punto en el coeficiente de inversión. Estos fondos pasan de una retribución del 18% al 12%, lo que rebajaría en otro 0,03% la ventaja comparativa citada del 1,28% en la retribución de fondos cautivos tras las nuevas. disposiciónes. Y la posible anulación de este último diferencial si los nuevos pasivos sometidos a coeficiente de caja superan el 15% de los computables hasta ahora.
Calculando que los nuevos activos computables alcancen el 10% de los restantes sometidos a coeficiente, no hay todavía una evaluaci6n precisa, en "el nuevo coeficiente de caja significaría una mejora de algo menos de medio punto en el rendimiento bruto de los recursos cautivos", según fuentes bancarias.
Muy en síntesis, y en base a distintas opiniones recabadas en ,grandes bancos y en el propio Banco de España, las nuevas normas sobre coeficiente de caja significan o pueden significar:
Otras consecuencias
- La plena autonomía del Banco de España para manejar la política monetaria (el banco emisor intentó incluso que Economía y Hacienda no le pusiera un tope del 2% para el coeficiente de caja).- La consagración de un trato discriminatorio entre los bancos saneados por el Fondo de Garantía de Depósitos (que están exentos de coeficiente) y las demás entidades de crédito. La gravedad de esta situación varía según la opihión de los bancos consultados: quienes han adquirido entidades en estas condiciones minimizan la repercusión de esta discriminación y resaltan los esfuerzos que todavía deben hacer para completar su saneamiento; quienes no alcanzan un-grap protagonismo en estas operaciones de salvamento denuncian una posible competencia desleal y el pago de interés elevado, que puede volver a reabrir la crisis bancaria que acaba de cerrarse. El Banco de España, según algunas de las fuentes consultadas, estudia la posible sustitución mediante créditos privilegiados de la ayuda que se les facilita actualmente mediante la exención de coeficientes.
- Pérdida de clientes. Según alguno de los grandes de la banca, el crédito al -sector privado apenas va a crecer un 4% o un 5%, "y dada la situación industrial, la mayor parte del crédito va a ir a particulares, a quienes siempre es más fácil cobrar que a empresas".
- El incremento del coeficiente de caja puede suponer detraer alrededor de un billón de pesetas de los 1,88 billones de saldo vivo de certificados de regulación monetaria. Esto significa que quedan 800.000 millones, que deberán inmovilizarse o producirán un importante aumento del dinero en circulación, con las consecuencias que ello produce sobre la inflación. De ahí el temor de los bancos y cajas de que en los próximos meses se les obligue por norma o por indicación a detraer del sistema tal cantidad.
- La desaparición de los certificados de regulación monetaria a finales de marzo enlaza con la anterior preocupación. Dadas las condiciones de desgravación e interés de los pagarés del Tesoro, o van los bancos a las subastas, con lo que obtienen menores retribuciones, o el Público asume estas emisiones y los bancos no captan un duro de los particulares. Fuentes del Banco de España, en este punto, indican que lo que debe hacer la banca es espabilarse y que hay buen negocio en las comisiones de colocación depagarés entre sus clientes.
- Las cajas de ahorro, por su parte, se ven mucho más afectadas y han expresado ya públicamente su disconformidad con la nueva regulación del coeficiente de caja. El problema va a resultar especialmente grave para algunas cajas gallegas, al haberse incluido en la base computable las cuentas de ahorro del emigrante.
- La banca también apunta otras dos discriminaciones: la exclusión de la banca oficial de los coeficientes y la exclusión de pagarés del Tesoro endosados.
- Las repercusiones a medio plazo de las nuevas normas no pueden evaluarse hasta conocer el calendario de entrada en vigor de los nuevos conceptos computables. En cualquier caso, en frase de un banquero, "ya no se está haciendo banca en el sentido clásico de la palabra. Tenemos hipotecada nuestra actividad al Estado y a la financiación del gasto público". En medios de otro banco se decía incluso que el déficit no hay que medirlo en porcentaje de producto interior bruto (PIB), como hace el Gobierno, sino en relación con el ahorro nacional, y que prácticamente lateneración de este ahorro coincide con la del déficit en estos momentos.
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