_
_
_
_
_

En 1984 no habrá acuerdo salarial, al darse por "rotas y acabadas" las conversaciones entre patronal y UGT

En 1984 no habrá acuerdo de referencia para la negociación colectiva, al darse por "rotas y acabadas" las conversaciones entre la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT). No obstante, fuentes de UGT confiaban ayer en que, finalmente, se llegaría a un entendimiento entre las partes. Los deslizamientos salariales han sido el elemento de discordia. UGT, que aceptaba incluirlos en los incrementos salariales, ponía como condición negociar sobre masa salarial, mientras la CEOE insistía en que incluso negociando sobre tablas había que tenerlos presentes en las subidas.

El propio Gobierno envió ayer mensajes a la CEOE sobre lo conveniente de un acuerdo salarial para 1984. Y UGT, intentó inútilmente retrasar el anuncio de ruptura definitiva, rebajando su banda inicial (del 6% al 8%) hasta la del 5,5% al 8%, con la posibilidad de incluir los deslizamientos salariales. La inclusión de éstos como parte de los incrementos pactados en convenio es una vieja reivindicacíón de la patronal. En anteriores acuerdos no consiguió, sin embargo, que las bandas salariales pactadas tuvieran en cuenta las desviaciones que se producían por este concepto.En esta ocasión la CEOE, apoyada en las recomendaciones del Gobierno para las empresas públicas -6,5% de incremento incluyendo los deslizamientos salariales-, ha hecho cuestión de principio la consecución de esta antigua reivindicación. A lo largo de las conversaciones, UGT terminó aceptando la propuesta de CEOE, poniendo como condición que en esos casos habría que negociar sobre masas y no sobre tablas. En caso contrario, no habría manera de establecer la repercusión de los deslizamientos sobre los incrementos reales.

A tenor de las afirmaciones vertidas ayer por los representantes de UGT y de la CEOE, este ha sido, con la cláusula de revisión salarial, el elemento que ha impedido el acuerdo. Y, según sus afirmaciones, la situación de ruptura sólo podría resolverse si una de las partes modifica sus posturas. No obstante, fuentes de absoluta solvencia aseguraban ayer que, a lo largo del día de hoy, volverán a celebrarse reuniones secretas entre las partes con el fin de encontrar una salida a la situación.

El otro elemento de discordia, la revisión salarial, tiene para ambas organizaciones una gran importancia. UGT había rebajado su primitiva propuesta de revisar los salarios si a los nueve meses la inflación superaba el 5,9% hasta el 6,2%, con posibilidad de reajuste anual. Para la CEOE, la fórmula no es válida. Carlos Ferrer Salat, presidente de la patronal, aseguraba ayer que el propio Gobierno había admitido que la inflación en septiembre sería del 6,5% y del 8% a fin de año. "No podemos aceptar revisión salarial como la que propone UGT, porque es claro que será mayor. Y el reajuste a fin de año es imposible".

Por motivos distintos la UGT considera irrenunciable la fórmula de revisión pactada en anteriores acuerdos. "Si aceptarnos la propuesta de la CEOE de revisar únicamente a partir del 6,5%, no tendrá virtualidad alguna porque jamás se aplicaría. Nosotros no creemos que la inflación llegue al 6,5% en septiembre", según palabras de José Luis Corcuera, miembro de la ejecutiva de la central socialista.

La ausencia de CC OO

Nicolás Redondo, secretario general de UGT, expresaba ayer su pesar por la falta de entendimiento y se resistía a dar por finalizado el proceso negociador. "La CEOE puede modificar su propuesta", afirmaba. Y si no, que cada parte cargue con su propia responsabilidad". Afirmación, en cierto modo, parecidaa la que hacía Carlos Ferrer horas más tarde: "Si la UGT cambia su postura, podríamos re considerar el acuerdo". En el caso de Ferrer se advertía, no obstante, un cierto escepticismo cuando añadía que "si, por ejemplo, UGT planteara una banda del 5% al 7%, lo estudiaríamos con interés".

Para la CEOE, además, pesa la ausencia de CC OO. José María Cuevas, secretario general de la CEOE, afirmaba que "hay que te ner en cuenta que el acuerdo con UGT sería de eficacia limitada, al estar ausente la otra central, y firmar un acuerdo en esas condiciones requiere afinar mucho todo lo que se dice".

La patronal, a lo largo de las negociaciones -y en este punto insistió ayer Carlos Ferrer- está de acuerdo con las previsiones y recomendaciones del Gobierno, inflación del 8%. y subidas de salarios del 6,5%. Y, en consecuencia propone una banda salarial entre el 5,5% y el 7,5%, con deslizamientos salariales incluidos, tal como el Gobierno impone en el sector público.

Su postura, sin embargo, llegó a flexibilizarse en los contactos habidos con la central socialista. Los representantes de la patronal llegaron a admitir una banda del 5,5% al 8%. Las posibilidades de acuerdo quedaron nuevamente disipadas al exponer la CEOE que los deslizamientos había que considerarlos tanto en el caso de que la negociación seliciera sobre tablas como sobre masa salarial, lo que fue rechazado por UGT, que creía que eso sólo sería posible en el segundo caso.

José María Zufiaur, de la central socialista, advertía ayer que "realmente no hay razones para la ruptura con nuestras propuestas, porque el coste que acarreará la conflictividad será mayor". E insistiendo en ello, Nicolás Redondo se preguntaba qué iba a pasar sin acuerdo, cuando formaba parte del Plan Trienal, añadiendo que "es tan irracional que cuesta trabajo aceptarlo". Y matizaba: "Sin embargo, no es un drama. Habrá convenios. Es grave, pero no es un drama".

También la CEOE admitía que era grave enfrentarse a la negociación sin un marco de referencia, pero "habrá convenios y confiamos en que la conflictividad no será mucha, por, responsabilidad de las partes".

La responsabilidad del Gobierno

Marcelino Camacho, secretario general de CC OO hacía público que "nos temíamos que el acuerdo no sería posible. Ninguna organización sindical podía firmar las propuestas de la CEOE". Y advertía que el Gobierno había facilitado a la patronal una postura inflexible, al recomendar el 6,5% de in cremento salarial. Para CC OO, la culpabilidad de la ruptura recae sobre la CEOE, que se ha apoyado en la política económica del Gobierno.

Al mismo tiempo, señalaba que su organización se había mostrado dispuesta a rebajar la reivindicación del 10% de incremento salarial si en la mesa se hubieran puesto otros factores a negociar, "cosa a la que siempre se negó la CEOE".

Julián Ariza, de CC OO, hacía una última advertencia: "A lo mejor hay algún telefonazo a última hora y se busca una solución de compromiso entre CEOE y UGT".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_