Tres guardias civiles y un presunto delincuente, muertos en un tiroteo cerca de Valencia
Tres miembros de la Guardia Civil -un cabo primero y dos números- fallecieron ayer de madrugada a consecuencia de los disparos efectuados contra ellos por varios individuos, en el kilómetro 5,400 de la carretera Burjassot-Bétera, a la altura del cruce situado en el paraje denominado Mas Camarena, una zona residencial donde hay numerosos chalés. Un metalúrgico en paro, presunto delincuente habitial, fue encontrado muerto poco después en su domicilio de Valencia, al parecer a consecuencia del tiroteo, junto con varias armas robadas.
Si bien en un principio se pensó en un atentado terrorista, se sabe ya con casi absoluta seguridad que los hechos han sido obra de varios delincuentes comunes. Por el momento no se han practicado detenciones.Los guardias civiles muertos son el cabo primero Agustín Gómez Pérez, natural de Riópar (Albacete), de 29 años de edad, casado y padre de un hijo de menos de un año, y los números José Álvarez Cortés, de 48 años, natural de Almendralejo (Badajoz), casado, con tres hijos, y Cayetano Carmona Carmona, de 50 años y natural de Alonilla (Jaén), casado y padre de dos hijos. Los tres pertenecían al cuartel de la Guardia Civil de Moncada.
El presunto delincuente es Andrés Martínez Larios, casado, de 42 años de edad y residente en la calle de Miguel Servet, de Valencia, donde fue encontrado su cuerpo por la policía. La Guardia Civil sospecha también de un hermano del presunto delincuente, llamado Luis que, al parecer, conduce un Seat 131, matrícula V-9758-Z, y se han cursado órdenes para su localización.
Los tres guardias civiles estaban realizando un control de los que se vienen llevando a cabo desde hace unos meses en las zonas residenciales para prevenir la delincuencia. En Mas Camarena, donde estaba ubicado el control policial, hay numerosos chalés y en los últimos tiempos han sido frecuentes los robos.
Según manifestó ayer a este periódico el gobernador civil de Valencia, Eugenio Burriel, los hechos acontecieron entre las 2.50 y las 3.00 horas, pues en el interior del coche que tenían aparcado junto a la carretera los miembros del control, un Talbot 150, apareció el parte de un control realizado a las 2.50 horas, y a las 3.00 horas acababa el servicio de la patrulla.
Sobre las cinco de la mañana una vecina del presunto delincuente avisó a la policía para informar que Martínez Larios se encontraba en su casa herido. Al acudir al domicilio de éste, la policía lo halló muerto, si bien parece que llegó allí vivo, aunque muy malherido. Su mujer declaró que lo habían llevado varios desconocidos, junto con una bolsa.
En la bolsa fue descubierto un subfusil Z-70, procedente del robo a un soldado en un supermercado de Valencia el pasado mes de noviembre, y dos escopetas de caza apropiadas en sendos robos a armerías de la capital valenciana. Tras registrar la vivienda fue localizado otro subfusil de las mismas características, procedente de otro robo a soldados, más reciente, en otro supermercado, y palanquetas, linternas, diversas herramientas, placas de matrícula y otros objetos de los que se, utilizan habitualmente para cometer robos.
Violentos y peligrosos
En el lugar del tiroteo fue intervenido también un revólver, marca Astra, con el que parece que disparó el presunto delincuente fallecido, junto a un charco de sangre, y se pudo apreciar que faltaba el subfusil del guardia civil que fue encontrado muerto en el interior del coche, pues los cadáveres de los otros dos estaban fuera del mismo. El revólver procede de un robo perpetrado en marzo de 1982 en el bingo del Centro Aragonés en Valencia. En cuanto al subfusil, no ha sido encontrado y todo parece indicar que se encuentra en poder de los, asesinos. Con posterioridad, y en la calle del Doctor Olóriz, de Valencia, fue hallada una furgoneta Ebro, de color blanco, matrícula V-1196-BC, con la inscripción Dulces Castelló, que, al parecer, fue utilizada por los delincuentes. En torno a las cinco de la mañana circulaba por ese lugar y se incendió por causas desconocidas. Fue abandonada por sus ocupantes empotrada contra un coche, con el que presumiblemente colisionó al dar marcha atrás violentamente.
"Por lo que sabemos hasta el momento de los resultados de la autopsia", dijo el gobernador, "parece que alguno de los guardias fue rematado. Todo hace pensar que los asesinos son personas muy violentas y peligrosas". Los hechos se produjeron, presumiblemente, cuando el grupo de tres personas que viajaba en la furgoneta llegó a las inmediaciones del control. Parece que los ocupantes del vehículo dispararon inmediatamente, pues en el centro de la carretera se encontró un charco de sangre, procedente, al parecer, del guardia que les dio el alto, y las gafas del mismo. El cuerpo del agente se estima que fue arrastrado por los asesinos, pues fue hallado fuera de la carretera.
Agresión repelida
Otro de los miembros de la Guardia Civil, que se encontraba fuera del vehículo, fue alcanzado en seguida por los disparos, al igual que un tercero, que estaba en el interior del coche, ya que su cadáver fue encontrado allí. Este último parece que repelió la agresión pero también fue alcanzado.
El Talbot de la Guardia Civil presentaba orificios procedentes de revólver, de subfusil y de escopeta de caza, y de este mismo tipo de armas son los casquillos que se han encontrado en el lugar de los hechos.
El funeral por las víctimas se celebró en el cuartel de la Guardia Civil de Moncada a las seis de la tarde de ayer y contó con la asistencia del presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, el gobernador civil, el director general de la Guardia Civil, teniente general José Sáenz de Santa María, y el director general de la Policía, Rafael del Río.
A media mañana de ayer el diario Las Provincias lanzó una edición especial con las primeras noticias sobre este suceso.
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