El cierre de 'Gazzeta del Popolo', nuevo exponente de la crisis que atraviesa la Prensa italiana
Otro diario italiano, con gran solera histórica, acaba de cerrar sus puertas dejando de salir a la calle el 31 de diciembre pasado. Se trata del diario de Turín La Gazzetta del Popolo, que cuenta con más de un siglo de vida y ha estado siempre considerado como una de las viejas glorias del periodismo de este país.Las motivaciones dadas por el editor Mario Rubatto para el cierre han sido las de siempre: las económicas. Pero si fuera ésta la verdadera razón, casi todos los diarios de este país deberían dejar de publicarsesus publicaciones, pues sólo algunos, como La Stampa, de Turín, La Repubblica e Il Messaggero, consiguen acabar el año con un balance activo. Todos los demás logran sobrevivir sólo gracias a las subvenciones estatales y, sobre todo, al apoyo político directo o indirecto.
Se piensa, pues, que detrás de la crisis económica del diario de Turín existen otras razones de fondo para su cierre, como ocurrió con el popular diario romano Paese Sera, que empezó a tambalearse cuando le retiró su apoyo tradicional el partido comunista. Y ahora La Gazzetta del Popolo está intentando salvarse siguiendo el mismo camino que ha evitado el suicidio, por ahora, a Paese Sera, es decir, constituirse en cooperativa de periodistas, comprar el periódico y autogestionarlo acogiéndose a las ventajas que la nueva ley de Prensa concede a dichas soluciones.
La crisis de este periódico de Turín, con pocos ejemplares frente a su contrincante el gigante La Stampa, de Fiat, es aún mayor si se piensa que es la segunda vez que se ve obligado a cerrar en el espacio de tres meses, en cuyo período el editor afirma que ha perdido 400 millones de pesetas.
Por ahora, la cooperativa la han fundado 12 periodistas, que serán los encargados de comprar la titularidad del periódico. Lo cierto es que la redacción de La Gazzetta del Popolo está obteniendo la solidaridad en pleno de la Federación Nacional de la Prensa, que es aquí el sindicato de los periodistas. Se teme que sin este diario de tanta tradición, Turín, la ciudad industrial de Fiat, se quede sin un importante instrumento democrático de información bajo el monopolio de La Stampa, que está viviendo un momento importante de expansión tras la crisis que la sacudió en los últimos años.
Todo el mundo periodístico del país se está solidarizando con el viejo diario de Turín. Y no se trata sólo de un fenómeno de solidaridad con los compañeros que se quedan sin trabajo. Como había dicho el director de Il Messaggero durante una reunión de redacción en la que alguien le había anunciado con cierta alegría el cierre del contrincante Paese Sera, cada vez que un diario democrático deja de publicarse "todos nos deberíamos sentir un poco menos libres".
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