Falsos ingleses

Envío esta carta puntualizando el programa Otros pueblos, emitido por televisión el 11 de diciembre y dedicado a los ingleses. Como nacido en el Reino Unido y educado en Oxford, me siento insatisfecho y desilusionado con su contenido. Desde el principio era obvio que el programa se interesaba más por los aspectos estereotipados de la alta sociedad que por la realidad de la vida inglesa actual.Es cierto que la tradición es una de las bases fundamentales del pueblo, pero este hecho no quiere decir que todos practiquemos ese arte exquisito del tradicionalismo inglés. Por cierto, no a todos los .españoles les gusta el flamenco, ni los toros, ni comer paplla.

El énfasis del programa estaba dirigido a la gloria del tradicionalismo militar y de la realeza. El elemento pintoresco, realzado por las escenas.del mercado, ha quedado anticuado y ahora es más bien una atracción turística. La imagen estereotipada del caballero inglés con su sombrero en realidad ya no existe. Asimismo, el Club de Londres de los Caballeros es hoy una institución anticuada. El inglés actual se divierte en el pub.

El pub que fue presentado no era muy típico. Hoy. la ceremonia del te a las cinco de la tarde apenas existe; sólo se practica en algunas casas de la alta sociedad, que intentan seguir su tradicionalismo y dar la impresión de grandeza y extravagancia, como si todos los ingleses viviesen asi. El programa apenas trató, de la clase obrera, que es la verdaderamente importante. Sólo. vimos unas, breves imágenes de gente amontonada en el parque tomando el sol., Ni siquiera se hizo el más mínimo esfuerzo en explicar al espectador, cómo el típico ingIés se divierte realmente. Por tanto, el programa sólo consiguió dar una imagen inflada de Ias clases altas y de sus tradiciones anticuadas, que ya no significan nada para el inglés actual, y se olvidé totalmente a la clase media, despachándose a la clase obrera con unas, imágenes poco dignas.

El programa fue un símbolo de las masas como las masas siempre han sido y de las elites que siguen apalancadas en su poder y en su tradicionalismo, y sólo dio al televidente una imagen colorista y atractiva pero inexacta y errónea del verdadero inglés. /