Euskadiko Ezkerra centra su mensaje electoral en la necesidad de buscar una salida, negociada a la violencia
Euskadiko Ezkerra (EE) encara las elecciones autonómicas con un mensaje centrado en la necesidad de hallar una salida negociada al problema de la normalización de Euskadi. Este partido de izquierda vasca, que con sus siete diputados en el Parlamento autónomo ha desarrollado, una política de oposición nacionalista al Gobierno monocolor del Partido Nacionalista Vasco que preside Carlos Garaikoetxea durante cuatro años de legislatura y, que no oculta su decepción ante la política del PSOE en materia autonómica y en la lucha antiterrorista, piensa que la conjunción de lis características del trinomio izquierda vasca democrática no se da ni en las filas socialistas ni en las de Herri Batasuna y que, en consecuencia, aún está todo por hacer en el País Vasco.
En las primeras elecciones autonómicas, que se celebraron en marzo de 1980, EE, que obtuvo el 5,69% del censo y en los comicios del 28 de octubre el 5,98%, se encuentra al margen del debate polarizado entre el PNV y el PSOE. Amén de considerar que ninguna de las dos fuerzas políticas, por sí solas, tienen la llave para desenredar la maraña que se, ha tejido sobre la realidad vasca (los primeros por su actitud estrechamente sectaria en las instituciones, y los segundos por su política antiautonómica), Euskadiko Ezkerra piensa que todavía no existe una alternativa de izquierda seria al PNV y que, por tanto, resulta ridículo plantearse una candidatura al lendakari ya que, entre otras cosas, "la presidencia del Gobierno vasco no se ha puesto en cuestión en ningún momento". Tras las tensiones políticas vividas en los últimos tiempos en el País Vasco, los intentos frustrados de lograr acuerdos comunes ante problemas tan flagrantes y concretos como el de la violencia, Euskadiko Ezkerra no cree en la unidad natural de la izquierda pero propone plataformas de diálogo en donde, además de avanzar en la resolución de problemas concretos, se afiance la cohesión de la izquierda vasca.Sería engañoso pensar que el mencionado partido, de tan modesta representación electoral, tiene la llave que dice no encontrar en otras fuerzas políticas. Sus dirigentes lo saben y, por esta razón, no se presentan en estos próximos comicios con el ánimo de ganar ("no vamos a ofrecer la salvación de la patria"). La baza de Euskadiko Ezkerra, según opinan sus propios representantes, está reservada a medio plazo. Y es lógico teniendo en cuenta que los ocho años de historia con que cuenta el mencionado partido resultan algo efímeros si se comparan con la trayectoria milenaria del nacionalismo tradicional y el socialismo.
La paz es posible
Tras la experiencia que dicho partido adquirió en el curso de la negociación de medidas de gracia para aquellos ex militantes de ETA que decidieron abandonar las armas, Puskadiko Ezkerra apuesta, una vez más, por la vía del diálogo y la negociación para contribuir a la erradicación de la violencia en el País Vasco.Ante el doble eje que en estos momentos está distorsionando la realidad vasca, el fenómeno de la violencia-contraviolencia y el contencioso Madrid-Vitoria, Euskadiko Ezkerra habla de negociación. Insiste en la necesidad de propiciar un clima de diálogo en el que solamente las fuerzas políticas vascas negocien medidas pacificadoras. "En Euskadi no ha habido un terreno de juego propio. Las fuerzas vivas del Estado pactaron la Constitución, los representantes del Gobierno central pactaron con los vascos el Estatuto, pero dentro del País Vasco el consenso está por hacer", señalaba el secretario de Vizcaya, Xabier Markiegui. En este sentido, Euskadiko Ezkerra piensa en la urgencia de propiciar un pacto político con todas las fuerzas vascas entre las que, indirectamente, ETA se implicaría.
Aunque la propuesta negociadora tiene unas dimensiones mucho más globales, Euskadiko Ezkerra continúa proponiendo, en lo concreto, una salida negociada para aquellos militantes de ETA que hayan decidido abandonar las armas. En este sentido, su iniciativa, que ha facilitado a más de 60 exiliados y, 30 presos acogerse a medidas de gracia, fue ratificada, hace ya casi un año, por el Parlamento vasco por unanimidad de todos los grupos parlamentarios.
Superada ya la imagen de un partido con fricciones tras su ruptura con ETApm, la convergencia con ex militantes del PCE y la desvinculación de la mayoría de militantes de la tendencia crítica Nueva Izquierda (las tensiones más fuertes se detectaron en plena campaña del pasado 28 de octubre), Eirskadiko Ezkerra se ha apresurado esta vez a configurar las listas de sus candidatos, acaso para ofrecer una apariencia de organización más coexionada.
El aparato del partido tuvo que hacer verdaderos encajes de bolillos para lograr que el primer puesto del candidato de cada provincia perteneciera a militantes de la línea histórica del partido. Lejos de que ello se pudiera interpretar cómo una animadversión hacia dirigentes que no hayan pertenecido al partido desde sus orígenes en 1976, fuentes próximas a la dirección se esforzaban en explicar el "temor" de que si algún ex dirigente del PCE ocupaba el primer puesto de algunas listas, se le habría podido acusar al partido de poco nacionalista.
Que la situación de este partido en el espectro político vasco es ciertamente incómoda lo demuestran sus difíciles diálogos con el PNIV en materia ideológica y social y con el PSOE en materia autonómica y de orden público. Acaso por su modesta representación electoral, Euskadiko Ezkerrra aparece, y así lo demuestran los últimos sondeos, ante gran parte de la población vasca que vota al nacionalismo moderado (PNV), al nacionalismo radical (HB) o al socialismo antinacionalista (PSOE), como la alternativa en el caso de que el actual sistema de estos partidos fracasara.
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