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Una reconversión demasiado anunciada

La dinámica que el Gobierno ha escogido -o se ha encontrado- al poner en práctica la reconversión industrial. es comparable a una nueva versión, absolutamente opuesta a la tradicional, del viejo cuento del lobo y el pastor mentiroso. Así como los pastores no hicieron caso a la enésima vez que su compañero les advertía que venía el lobo, los trabajadores sí han hecho caso a todas las amenazas previas del ministro Solchaga, con lo cual su resistencia a la reconversión es cada vez más tenaz y resuelta. Borrón grave, pues, el de un Gobierno que ha amagado el golpe vez tras vez, con la vana esperanza de que ganar tiempo haría más aceptable el difícil trago. A la poste, va a proceder a la reconversión industrial por la vía del decreto-ley, expediente al que ya habría podido recurrir en el primer trimestre del año, más o menos cuando, con muchas menos contemplaciones y con la misma metodología legislativa, procedió a expropiar Rumasa.Naturalmente, ambas decisiones sólo pueden compararse en el sentido de enjuiciar la firmeza de las actitudes de un Gobierno. La reconversión industrial es un largo proceso que no puede reducirse al cierre de un par de altos hornos. Sin embargo, algo ha fallado en los planteamientos de política -industrial del Gobierno cuando, coincidiendo todo el mundo en la necesidad inaplazable de la reconversión, la forma de llevarla a la práctica es criticada desde las organizaciones empresariales, las centrales sindicales y los departamentos correspondientes de los Gobiernos autonómicos.

Lo que ha fallado, con toda posibilidad, es un planteamiento político que incluya la definición de un marco general de reindustrialización del país. Cerrar factorías o abandonar minas irrentables es plenamente justificable desde un punto de vista contable, pero hay que exponer clara y decididamente a qué se van a dedicar los recursos liberados. Cierto es que se han producido decisiones aisladas en el fomento de la electrónica o en el programa energético de España, pero no se ha ilusionado al país en un enfoque coherente y global del marco industrial al que se pretende ir.(...)

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