La principal siderúrgica norteamericana elimina más de 15.000 puestos de trabajo
La United States Steel Corp., la más importante siderurgia norteamericana, anunció el martes que se disponía a cerrar tres de sus plantas y distintas secciones de más de otra docena, lo que supondrá la eliminación de 15.430 puestos de trabajo.La mayor parte de las instalaciones que la compañía tiene en el complejo industrial del sur de Chicago -y que datan de hace 102 años- dejará prácticamente de funcionar y serán cerradas las plantas de Cleveland, Trenton y Johnstown.
Los cierres reducirán en un 16% la capacidad de producción total de la empresa siderúrgica, acelerando así la contracción de la industria acerera norteamericana frente: a la competencia de importaciones más baratas y la falta de unidad de las empresas siderúrgicas de Estados Unidos que se ha venido produciendo a lo largo de la última década.
Muchas de las instalaciones que van a ser cerradas datan de principios de siglo e incluso son anteriores a la formación de la propia compañía. El acero producido en gran parte de esas factorías fue utilizado para la construcción de numerosos ferrocarriles y edificios del país.
Los cierres, que serán efectivos a partir de abril, fueron anunciados después de semanas de esfuerzos por parte de la compañía con el objeto de obtener concesiones de los trabajadores que hicieran las plantas más competitivas.
En una conferencia de prensa celebrada en Pittsburgh, sede de la compañía, David M. Roderick, presidente y director ejecutivo de la United States Steel, anunció igualmente el fracaso de las negociaciones de su empresa con la British Steel Corp. para llegar a un acuerdo en virtud del cual la U. S. Steel compraría acero al Reino Unido para realizar el acabado en su planta de Fairless. El acuerdo, que fue propuesto aún cuando la U. S. Steel protestaba airadamente en contra de las importaciones de acero, suscitó una fuerte oposición en los sindicatos y en el Congreso.
Roderick afirmó que, a pesar de algunas concesiones obtenidas de los sindicatos y de la ayuda prometida por el Gobierno, la compañía renunciaría a construir una proyectada planta de raíles, con un inversión de 200 millones de dólares (31.600 millones de pesetas), en el complejo industrial de Chicago.
De acuerdo con ciertos analistas, la U. S. Steel ha hecho público su anuncio antes de fin de año para intentar dejar atrás definitivamente los problemas derivados de uno de los peores años de la historia de la industria siderúrgica norteamericana.
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