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La lista de la lotería llegaba en moto a provincias

Hace tan sólo 30 años, los periódicos de provincias únicamente podían publicar, el día 23, la lista de la lotería tomada al oído. Auténticos especialistas se encargaban de componer, además de los premios mayores, una buena parte de la pedrea. Pero la lista, en esas condiciones, tenía sus riesgos; y no era infrecuente que, tras la ilusión de un pellizquito, la lista oficial echara por tierra todas las ilusiones. La lotería era en los años cincuenta más que una esperanza. Publicar la lista entera el día 23 se convirtió en un reto informativo. Algunos periódicos recurrieron al único medio rápido a su alcance: la pericia de conductores de coches o el arrojo de los motoristas de la época.Francisco González Sanchis fue campeón de España de motociclismo en ocho ocasiones. Y lo fue en ciclindradas tan dispares como 50 c.c., 125, 350 y 500. En 1961 ganó su último entorchado cuando ya sumaba 47 años y competía con su propio hijo.

Francisco González, habituado a luchar en los circuitos de la época, sin raíles protectores, todo lo más con algunas pacas de paja en los virajes, vivió sus mejores aventuras motociclistas con los sorteos navideños de 1952, 1953, 1954 y 1955. El periódico Levante le pidió que viniera a Madrid el día del sorteo, aguardara a que saliera la lista oficial y regresara lo más rápidamente posible para que el periódico pudiera salir con la lista en la edición del día 23.

"Me dieron 3.000 pesetas por el encargo", recuerda. "Acepté no por el dinero sino por la emoción que suponía hacer el trayecto Madrid-Valencia en el menor tiempo posible. El primer año se dio la circunstancia de que el gordo cayó en Valencia. No salí de Madrid hasta las 0.30. Entonces la lista la componían a mano y había que esperar a que la corrigieran. A las cinco y media llegué al periódico. Yo cronometraba el tiempo a la salida de la imprenta y volvía a mirar el reloj al llegar a la calle de Las Barcas, donde estaba Levante".

Francisco González se daba por satisfecho con ver publicada su fotografía en el periódico junto al relato de su aventura del día. Durante los años en que cubrió este servicio especial vivió de todo. Y siempre con el temor a un pinchazo. "Lo que más me preocupaba no era el accidente, porque me sentía muy seguro en la moto. La angustia estaba en no poder llegar a tiempo. En Levante me esperaban con todo preparado para incluir la lista. Cuando llegaba, me estaban esperando a la puerta".

"En 1953 estuve a punto de renunciar porque tenía una muñeca rota, pero no quise dejarles en la estacada. A la vuelta, me encontré con una gran nevada en Contreras. Durante la mayor parte del trayecto tenía que circular a 130 o 140 kilómetros por hora, pero el puerto siempre tenía dificultades. Francisco González tiene ahora 70 años. Aún tiene humor para pilotar una Bultaco de 125c.c., pero la BMW de 650 la tuvo que vender. Ahora, el sorteo de Navidad es sólo el recuerdo de unos años vividos con riesgos para poder facilitar las pequeñas pedreas del día 23.

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