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Persiste la debilidad en el mercado

El cierre bursátil semanal lo plantearon unas reuniones en las que la persistente debilidad del mercado se constituyó en elemento de preocupación adicional para los especialistas. La actitud pasiva de' los inversores quedó una vez más patente, mientras que la cierta ralentización que se pretendía imprimir a los procesos de venta no resultaba suficiente para frenar la tendencia negativa de los precios de los valores más significados. Uno de los más claros exponentes de esta afirmación lo constituyó la mortecina actividad del grupo eléctrico, donde, a pesar de todo, continuaron predominando los signos negativos. La ampliación de capital de Eléctricas Reunidas de Zaragoza mantuvo el signo previsto. La demanda resultó ampliamente superior a una oferta balbuceante, que, según decir de los operadores, no rebasaba los caracteres del ridículo.

Esas 180 pesetas a las que terminaron pagándose los derechos de suscripción de la eléctrica aragonesa son, según los criterios más extendidos, una pálida muestra de lo que puede llegar a pagarse por los cupones en caso de que persista la pugna de intereses encontrados entre los grupos interesados en hacerse con el control de esta sociedad. Otro tanto puede decirse de la evolución del precio de estas acciones, que se situaron en 194,25% en el mercado madrileño, con un volumen de contratación realmente moderado. Lo cierto es que, ante la escasez de derechos de suscripción, y dadas las expectativas que para un futuro inmediato se han desatado sobre este valor, más de un inversor puede estar dispuesto a buscar acciones viejas y pagar por ellas bastante más precio del que en principio podría resultar lógico.

La nueva pérdida de la par por CEPSA fue interpretada en algunos sectores como signo inequívoco de la debilidad de fondo del mercado, que día a día se muestra incapaz de superar las tensiones vendedoras existentes. Por mucho que se continúe hablando de las posibilidades de recuperación que presentan algunos valores concretos, lo cierto es que los índices parciales, con una insistencia machacona, vienen aportando resultados diarios negativos, que parecen vaticinar un cierre del ejercicio escasamente prometedor. Las esperanzas de los más optimistas se centran en este momento en que el indicador intersectorial del mercado madrileño pueda arrojar una posición a fin de año superior al 120%. La realidad es que, a la vista de la situación, esto constituiría todo un logro.

En cuanto al sector bancario, las ventas -en este caso, bastante moderadas, a la vista de su inoperancia en días anteriores continuaron marcando el signo de los saldos del sector. únicamente el Bilbao ofrecía una pequeña diferencia positiva, reducida a 2.765 títulos en el mercado madrileño, mientras que Banesto, con la reducción de su saldo vendedor, se constituía en el auténtico artífice ole esta discreta mejora. Claro que el saldo vendedor de este valor había sido el que se había encargado de engrosar la diferencia genérica vendedora.

Por su parte, Altos Hornos de Vizcaya vio frenada su carrera alcista de días anteriores, dándose por finalizada en algunos sectores la trayectoria positiva, al menos por el momento, de estos títulos.

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