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La seguridad en los aeropuertos

El ex ministro Álvarez afirma que su empresa, Propac, sólo vendió una obra de arte al aeropuerto de Barajas

El democristiano José Luis Álvarez, uno de los tres ministros de Transportes, Turismo y Comunicaciones de UCD bajo cuyo mandato se realizaron las obras en la terminal nacional del aeropuerto de Barajas con motivo del Mundial-82, manifestó ayer que "de las cerca de 100 obras instaladas en el aeropuerto, sólo la escultura de Pablo Serrano, fue suministrada por la sociedad Promoción del Patrimonio Cultural, SA, (Propac) (véase EL PAIS de ayer). Algunos autores cuyos trabajos se exponen en el aeropuerto señalaron el viernes que sus obras fueron compradas por la citada empresa.

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Álvarez declaró que en esa sociedad "sólo tuve una participación minoritaria, situada en torno al 5% del capital". El ex ministro de Transportes añadió que bajo su mandato no sólo se hicieron las obras de remodelación de la terminal nacional, cuyo coste ascendió a 7.011 millones de pesetas, sino que también "se efectuaron fuertes inversiones en materia de seguridad del tráfico aéreo". José Luis Álvarez anunció que en próximos días facilitaría la cifra de esas últimas inversiones.Aurelio Biosca, propietario de la galería madrileña Biosca, proveedora de las obras de arte instaladas en el aeropuerto de Barajas con motivo de la remodelación del Mundial-82, coincidió con José Luis Álvarez en que sólo una de las piezas instaladas, una gran escultura de Pablo Serrano, había sido comprada a la sociedad Propac.

Según Biosca, Propac fue la suministradora de la citada escultura porque "en esos momentos nadie, ni el mismo artista, tenía una escultura de Serrano del tamaño requerido". "La relación de autores que participaron con sus obras en la decoración artística de Barajas", prosiguió, "fue elaborada por una comisión de artistas dependiente de la Dirección General de Bellas Artes, en la que tuvo un papel destacado el escultor Eusebio Sempere". La galería Biosca, siempre según su propietario, sólo se encargó de localizar, comprar y entregar las obras de los autores seleccionados. Biosca solicitó obras a varias galerías madrileñas y barcelonesas, entre ellas Theo, Vijandes, El Cisne, Gaspar, Lassaletta y Maehgt.

"El aeropuerto, un museo"

"El trabajo se tuvo que hacer con cierta urgencia, puesto que el encargo llegó dos o tres, meses antes de la inauguración de la nueva terminal nacional del aeropuerto", dijo Biosca. El coste total de las obras de arte instaladas en Barajas ascendió a unos 70 millones de pesetas, el 1% de los 7.011 millones invertidos en la remodelación de la terminal, según lo establecido por un real decreto de octubre de 1978 del Ministerio de Cultura. "La colección de murales, esculturas y pinturas de autores españoles del aeropuerto de Barajas", afirmó Biosca, "sólo es igualada por la del Museo de Arte Contemporáneo".La sociedad anónima Propac se constituyó en marzo de 1974 con un capital inicial de cuatro millones de pesetas, pronto ampliados en otros 96 millones bajo la presidencia de José Luis Álvarez, notario de profesión. Además de Álvarez, en su primer consejo de administración participaron otras cinco personas: tres abogados, un economista y un diplomático. Los objetivos de la sociedad eran la adquisición y restauración de obras de edificios de valor histórico y artístico, para su posterior venta, y la compra y venta de pinturas, esculturas y otras piezas artísticas. La sociedad suspendió sus actividades hace unos meses, si bien su disolución no figura aún en el Registro Mercantil de Madrid.

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