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Finalizó la reunión del Consejo del Atlántico Norte

Falta de unanimidad y cohesión en la Alianza Atlántica

Andrés Ortega

Los europeos y los estadounidenses salieron de la reunión otoñal del Consejo del Atlántico Norte con "unanimidad y cohesión", según el secretario de Estado norteamericano, que no disimuló su satisfacción.Por la tarde, y acompañado de cuatro miembros del Gabinete norteamericano, George Shultz tuvo una larga -y ya tradicional- reunión de trabajo con la Comisión Europea para tratar temas económicos y comerciales.

Ni cohesión ni, por supuesto, unanimidad. En el terreno del enfrentamiento comercial transatlántico, 1984 "va a ser un año muy difícil", profetizó el secretario para la Agricultura de Estados Enidos, John Block, que dijo que "hemos sido muy tolerantes".

Estados Unidos tiene ante si a una Europa debilitada tras el rotundo fracaso de la cumbre de Atenas, sobre la cual -"un asunto de familia"- Shultz no quiso hacer comentarios. Pero Washington está, en parte, contento. En efecto, la CEE no ha logrado una reforma de la política agrícola comunitaria, que iba en perjuicio de los intereses norteamericanos. "Resuelvan su problema, pero no de un modo que dañe a EE UU", sentenció Shultz.

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Shultz llegó a decir que, aunque EE UU está a favor del ingreso de España y Portugal en la CEE, éste "nos plantea problemas financieros. No nos los echéis sobre nosotros". Shultz se refería a las ventajas de que goza EE UU en sus exportaciones agrícolas, en particular de seja y de sustitutos de los cereales, hacia España y hacia la CEE. Francia (éste fue un tema planteado en Atenas) quiere que EE UU estabilice estas exportaciones. Block fue muyclaro: "No estamos dispuestos a eso". El tono de la conferencia de prensa rozó la amenaza.

Shultz también fue claro al afirmar que "hay áreas de total desacuerdo", refiriéndose a las exportacíones agrícolas subvencionadas de la Comunidad Económica Europea al contencioso sobre el acero, a los altos tipos de interés -que revalorizan al dólar, dificultando la economía europea- y al control que EE UU intenta establecer sobre las actividades de las filiales de sus multinacionales en el extranjero.

Y, por encima de todo, la lucha por vender los excedentes (su re-ducción hubiera sido lo único bueno de Atenas para EE UU en los mercados internacionales).

"Hay que poner esto en perspectiva", pues, señaló Shultz, "se olvida que el comercio entre Estados Unidos y la Comunidad Económica Europea es este año del orden de los 92.000 millones de dólares. Shultz habló de lo bueno de estas reuniones "de seguridad y de economía, una después de otra, pues resaltan la relación que hay entre la seguridad y la prosperidad .

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