Barón, a favor de que se llame a declarar "desde el ministro hasta el último responsable"
"Estoy totalmente de acuerdo con que se persone el fiscal del Estado en la investigación del accidente del miércoles, si estima que hay indicios de negligencia y que llame a declarar desde el ministro de Transportes y Comunicaciones hasta el último responsable. Creo que es lo que debe hacerse", manifestó ayer a este diario, tras los funerales por las víctimas del accidente aéreo, el titular de Transportes y Comunicaciones, Enrique Barón quien anunció, también, que se llevará cabo una política de "mano dura" para hacer que se cumplan todos los reglamentos de seguridad.
El ministro, que aseguró que existen ya datos en la comisión investigadora sobre la causa del accidente, que no puede desvelar, insistió en la seguridad del aeropuerto de Barajas y expresó su voluntad de que se aclaren las responsabilidades sin ningún género de dudas. "Hemos solicitado al Comité Internacional de Aeropuertos (ICAA), que es un organismo asociado a la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI), que designe un representante para que se incorpore a la comisión investigadora del accidente".El ministro entiende que al socaire del accidente se han desatado críticas muy injustas hacia la seguridad de Barajas. "El balizamiento y señalización de las pistas se hizo hace año y medio con la colaboración de los pilotos y siguiendo las normativas y reglamentos internacionales. Hasta el momento, y pese a lo que ahora se diga, no se ha presentado ninguna queja formal en el aeropuerto sobre deficiencias de señalización por parte de pilotos o compañías aéreas".
"Mano dura y rigor"
Barón, que dijo entender los motivos de compañerismo y afectación colectiva que se aprecian en las declaraciones de algunos pilotos, afirmó que "los niveles de seguridad de los transportes españoles son muy superiores al grado de responsabilidad con que a menudo actúan determinados colectivos. La seguridad siempre se puede mejorar, pero al final de los aparatos más sofisticados está siempre el comportamiento humano, y éste, a veces, no está a la altura que debería. Y no quiero abusar a los pilotos, me refiero a todos los modos de transporte: ferrocarril, carretera y aviación".Según el ministro, con mucha frecuencia no se cumplen los reglamentos o las normas de seguridad, que generalmente no son otras que las que están en vigor internacionalmente. "Desde hace meses hemos iniciado una campaña de mano dura y rigor, que vamos a acrecentar, para que quienes tienen la responsabilidad de conducir a colectivos respeten los reglamentos. En Renfe hemos prohibido que el personal ingiera bebidas alcohólicas; en la inspección técnica de aviones -que antes se encomendaba a pilotos jubilados (compañeros de aquéllos a quienes tenían que revisar)- hemos designado una inspección mucho más rigurosa que ya nos ha provocado varios incidentes y enfrentamientos que no han trascendido a la Prensa (hay varios expedientes abiertos), y en cuanto a carretera, el Consejo de Ministros del miércoles aprobó una serie de disposiciones que van a mejorar la seguridad".
Los dos recientes accidentes de aviación van a acelerar la constitución de la Junta de Seguridad del Transporte, que estaba ya preparando el ministerio a partir de los organismos de seguridad sectoriales de los distintos modos de transporte. "A mí me parece que la seguridad en el transporte, en todo el transporte, debe constituir una preocupación constante y cotidiana de todos: Administración, colectivos responsables del servicio y usuarios. Porque, al final, el elemento clave de la seguridad es el humano. Hay que exigir, todos tenemos que exigir, que se cumplan los reglamentos y las normas de seguridad".
Enrique Barón insistió en que no es imprescindible para la seguridad del aeropuerto de Barajas la instalación de un radar de superficie que, por otra parte, sólo está en funcionamiento en los aeropuertos Charles De Gaulle, de París, el de Francfort y Seatle, "cuyas condiciones meteorológicas son mucho peores que las del aeropuerto madrileño". Este radar supone una inversión de 600 u 800 millones de pesetas, "que habría que detraer de otros programas de seguridad aérea".
En cuanto a las luces de pista, responsables del aeropuerto aseguraron que su funcionamiento se revisa dos veces al día por los señaleros, que dan parte de incidencias. Y que para un aeropuerto de primera categoría (visibilidad media mínima de 600 u 800 metros), como es el caso de Barajas, está permitido que sólo funcione un 95% de las luces, siempre que las no iluminadas no se sucedan en un mismo tramo. Las luces, aseguró este responsable delante del ministro, estaban perfectamente instaladas y en funcionamiento en el momento del accidente.
No obstante, este responsable reconoció que la visibilidad el día del choque estaba dentro de los límites de los aeropuertos de segunda categoría, cuyas especificaciones de señalización y seguridad son mucho más rigurosas (en España, por ejemplo, Vitoria es de segunda categoría).
El ministro aseguró que el día del accidente del avión de Avianca el radiofaro de aproximación del ILS a Barajas funcionó perfectamente, "y hay un certificado que así lo prueba". Reiteró las fuertes inversiones del Plan Sacta (automatización del control aéreo civil), que suponen pasar de 800 millones el pasado año a 2.200 millones el próximo, con un incremento del 128%, y las inversiones de Infraestructura de Transporte, que supusieron 1.200 millones de pesetas para señalización de aeropuertos entre 1981 y 1983.
Barón reconoció, por otra parte, que las inversiones por el Mundial de Fútbol en Barajas, "que todavía las estamos pagando", habían ido más al tema ornamental que al de seguridad.
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