La crisis del PCE

La actual crisis interna desatada en el seno del PCE es consecuencia lógica de un proceso operado años atrás, donde pragmatismo sin principios, incongruencia política e indefinición ideológica se entrecruzaron, dando lugar al nacimiento de un engendro, mezcla, a su vez, de oportunismo, socialdemocracia y liquidacionismo: me refiero, naturalmente, al eurocomunismo o, lo que es lo mismo, el comunismo de los ricos.La teoría eurocomunista, en realidad, no es tal teoría, sino una amalgama de tópicos preleninistas y bernsteinianos que confunde la táctica con la estrategia, que niega la lucha de clases al afirmar que en nuestra era se ha operado una transformación sustancial en el sujeto revolucionario (según los eurocomunistas, ya no es el proletariado la clase social históricamente destinada a hacer la revolución socialista... ¿los hippies quizá?), mostrando así la carencia absoluta de un análisis marxista de la sociedad y cayendo también en una farragosa confusión empirista ajena por completo a la ciencia marxista. Tal vez la mayor aberración ideológica de los eurocomunistas sea la sustitución del término marxismo-leninismo (que sí tiene un contenido) por el de marxismo revolucionario y democrático (que no tiene contenido alguno). Es esta la más bárbara y grosera de las confusiones. Me explico: el término revolucionario en sí mismo está vacío de significado, pues lo asimilan tanto los grupos de ideología fascista como los partidos burgueses (el Partido Revolucionario Instituido Mexicano, por ejemplo), al igual que sucede con la palabra popular, inscrita en las siglas del más impopular de los partidos (el partido del señor Fraga, por ejemplo). Peor todavía es hablar de marxismo democrático. El marxismo es la ciencia de la historia, y se limita a analizar las causas de los fenómenos sociales, a estudiar los distintos mecanismos económicos, políticos e ideológicos a través de los cuales se articula y desenvuelve la estructura social; pues bien, ¿en qué cabeza cabe que se le califique de democrático? ¿Acaso ha oído alguien hablar de una ley de la gravedad democrática o de una teoría de la evolución de las especies democrática? /