Asistentes sociales

El motivo de la presente carta es rectificar un párrafo del artículo de Sebastián Cuevas con el título de Maruja López, la chiquita piconera (EL PAÍS, 28 de noviembre de 1983), en lo que creemos puede inducir a error sobre la profesión de asistente o trabajador social.El mencionado artículo dice textualmente: "Maruja, transformista, doliente, pidiendo que la Seguridad Social la mande a su piso, con una asistenta social".

Creemos que no sólo se trata de una errata: "asistenta" por "asistente", sino que dicho párrafo induce a pensar que la labor de una asistente social es otra de la que realmente es: técnico en la problemática social, en la organización y planificación de servicios sociales para el óptimo desarrollo de la comunidad (entre otras funciones).

Rogamos, pues, al mencionado periodista y a EL PAÍS, como profesionales de un periodismo que consideramos objetivo e interesado por la difusión de informaciones verídicas, se preocupe aún más de que ninguna de sus notícias induzca a error.

Esperamos que comprendan nuestro interés por la difusión y el realce de una profesión que consideramos esencial para el desarrollo del bienestar social, y como futuros profesionales de ella rogamos publiquen la presente carta. /

y 35 firmas más. Alumnos de la Escuela Universitaria de Trabajo Social.