El presidente de la Audiencia de Barcelona confía en los juicios rápidos
"Es indispensable contar con la colaboración de todos los profesionales del Derecho -jueces, fiscales, abogados y procuradores, entre otros- para poder celebrar en el juzgado de guardia los juicios monitorios", aseguró ayer, esperanzado, Cesáreo Rodríguez Aguilera, presidente de la Audiencia Territorial, al examinar el proyecto de juicios rápidos que está ensayándose en el juzgado de guardia de Barcelona y que podría convertirse en una práctica habitual el próximo mes de enero.El proyecto de los juicios rápidos -monitorios-, que empezó a ensayarse la semana pasada, se ha convertido ya en un tema de controversia jurídica. Mientras el presidente de la Audiencia Territorial se muestra esperanzado, otros profesionales se manifiestan escépticos, llegando incluso uno de ellos a afirmar que el.proyecto es "caótico".
Cesáreo Rodríguez Aguilera asegura que el proyecto de los juicios rápidos -monitorios- en el juzgado de guardia surgió al comprobar la existencia de tres graves problemas: la acumulación enorme de materia penal en las salas; el de que Barcelona se ha convertido en una Audiencia de paso para muchos jueces de instrucción, y los problemas derivados de la entrada en vigor de la modificación de la ley de Enjuiciamiento Criminal, estableciendo unos topes en la prisión preventiva de los detenidos.
Junto a estas razones de filosofía jurídica, que impulsan el proyecto, el presidente de la Audiencia Territorial examina las causas objetivas que podrían frenarlo. El jurista considera entre éstas las dificultades económicas y técnicas y hace hincapié en el presupuesto que hace meses fue solicitado al Ministerio de Justicia, para, entre otras cosas, acondicionar un local para celebrar las vistas. Al entrar en este capítulo, el magistrado desciende también a los problemas domésticos, pero importantes, como el cambio de la red de electricidad del palacio o el modo de asegurar con diferentes canales el télex que une el juzgado de guardia con el Registro Central de Penados.
Para Cesáreo Rodríguez Aguilera el balance es "esperanzador", a pesar de "las confusas trabas burocráticas con que inevitablemente se tropieza al poner en marcha un proyecto de este tipo".
