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"Firme apoyo" del Reino Unido a la entrada de España en la CEE el 1 de enero de 1986

La primera ministra británica, Margaret Thatcher, comunicó a principios de esta semana a su colega español, Felipe González, el "firme apoyo" de su Gobierno a la integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE) y su determinación" de hacer todo lo posible para que el ingreso se complete "con éxito" para el 1 de enero de 1986. La carta de Margaret Thatcher es respuesta a la enviada por el jefe del Gobierno español a los responsables de los diez y que, según fuentes oficiales, está recibiendo respuestas positivas de los que han contestado, con la excepción de Francia que aún no ha dado la suya.

El presidente del Gobierno italiano, Bettino Craxi, envió ayer una carta conjunta a sus colegas español y portugués en la que les dice que su Gobierno defenderá en el Consejo Europeo de Atenas que se ponga un término improrrogable a la integración de España y Portugal en la Comunidad", informa desde Roma, Juan Arias. "No se puede permanecer en una situación indefinida que podría determinar desilusión y frustraciones en los países ibéricos", añade Craxi en su carta de respuesta.El subsecretario del Foreign. Office, Malcolm Rifkind, que se entrevistó ayer en Madrid con el secretario de Estado para las Relaciones con la CEE, Manuel Marín, informó posteriormente en conferencia de prensa del contenido positivo de la respuesta de la primera ministra británica y añadió que para Londres lo "realista" es que las negociaciones entre la CEE y España se completen para finales de 1984.

El funcionario británico se mostró optimista respecto, de los resultados de la cumbre de Atenas, que comienza el domingo, en el sentido de que se puede producir un acuerdo de principio en la resolución de los dos problemas más importantes que aquejan a la CEE, el del control en el crecimiento del gasto del capítulo agrícola y en la adecuada distribución de la contribución de los países al presupuesto comunitario.Por lo que respecta a la oposición francesa a la entrada española, la opinión de los británicos es que aunque la agricultura es una de las áreas más difíciles particularmente para Francia, "no hay razones fundamentales para pensar que, si existe la suficiente flexibilidad por ambas partes, los obstáculos puedan ser superados", declaró Rifkind.

En medios españoles parece existir ahora el convencimiento de que ha mejorado la situación en las últimas semanas al mantener, al menos nueve de los 10 Estados miembros, la posición adoptada en la cumbre anterior de Stuttgart, sobre la simultaneidad que debe existir entre la solución de los problemas comunitarios y la ampliación a España y Portugal. Incluso se piensa que la postura de París ha empezado a ser más flexible.

El subsecretario británico del Foreign Office afirmó antes de salir de Madrid que "es optimista en que se alcance una solución, en un futuro cercano, a los problemas que presentan las medidas restrictivas españolas respecto de Gibraltar de cara a la adhesión de España en la CEE".

Según Rifkind, el Gobierno Thatcher cree que España debe integrarse plenamente en las asociaciones occidentales y que el ingreso completo en la OTAN y en la CEE son cuestiones "diferentes y conectadas" al mismo tiempo.

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