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Comisaria de Carabanchel: "Ya lo investigaremos manana"

A las siete de la tarde, seis o siete inspectores de, la comisaría de Carabanchel se han citado en el despacho del grupo de Policía Judicial. Van todos bien peinados y afeitados, lucen sus mejores trajes y corbatas, y, aunque intenten no aparentarlo, hay una cierta excitación en sus movimientos. El motivo de la reunión no es proceder a la desarticulación de un grupo de atracadores, sino acudir conjuntamente a lo que, para la mayoría, va a ser la primera manífestación de su vida: la convocada una hora después en la Puerta del Sol por los sindicatos de Policía. Aparentemente la jornada ha sido normal, in esta comisaría, que cubre un distrito en el que viven 450.000 personas y donde recientemente estuvo detenido varias semanas el inspector Juan José Medina, presuntamente implicado en su tracción de documentos oficiales y en una estafa relacionada con Rumasa.La inspección de guardia, el lugar donde se recibe una media diaria de 70 denuncias de ciudadanos agredidos, robados, atracados o estafados, ha estado todo el tiempo cubierta por dos policías nacionales y un inspector, y para el profano no pasa nada. Pero en el interior de las dependencias de la comisaría, la mayoría de los 26 funcionarios del Cuerpo Superior de Policía allí destinados, casi todos afiliados al Sindicato Profesional de Policía (SPP), se han limitado a estar, a permanecer en el despacho "por si pasa algo urgente".

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Dos mensajes contradictorios cuelgan en las paredes de la comisaría. Uno es el telefonema 8.987 procedente del SPP que comunica la decisión de la Audiencia Territorial favorable a la manifestación policial y pide, amén de la asistencia a la marcha pública, una huelga de celo, en la que "no se efectúen detenciones por iniciativa propia". El otro es la circular 203 de la Dirección General de Policía en la que se ordena a todos los comisarios y jefes de brigada que informen sobre los funcionarios que secunden la huelga".

La delincuencia de Carabanchel no ha hecho huelga en tan singular día, aunque tampoco parece haber intentado aprovechar la circunstancia de la protesta policial. Por la mañana, en la inspección de guardia se ha presentado el director de un colegio para denunciar que uno o varios desconocidos han robado en el centro al amparo de la noche. Luego, dos ciudadanos han informado que les han sustraído las ruedas de repuesto de sus vehículos. Una señora ha comparecido para dar cuenta de la misteriosa desaparición de su suegro, de sesenta y tantos años. "Está un poco trastornado", ha añadido. A un pintor de brocha gorda lo que le ha desaparecido en plena calle ha sido su escalera de madera. La Policía Nacional ha traído buenas noticias: se han encontrado, a lo largo de la mañana, cuatro coches sustraidos.

Los sucesos del día han sido, sin embargo, dos atracos y un tocomocho. Tres chavales de unos 16 años, armados con una escopeta de cañones recortados y una navaja, han asaltado la Caja de Ahorros del número 76 del paseo de Muñoz Grandes y se han llevado 1.200.000 pesetas. Poco después una pareja de jóvenes se ha llevado, a punta de pistola y navaja, 75.000 pesetas de una óptica de la calle de Antonio Leyva. Del tocomocho ha sido víctima una señora soriana de 42 años, que ha comprado por 500.000 pesetas -todos sus ahorros- unos décimos supuestamente premiados.

Los inspectores del grupo de Policía Judicial han recibido de la inspección de guardia esas denuncias y han dejado su investigación para mañana, porque "hoy es día de protestar". Por la comisaría corre el rumor de que coches de la Guardia Civil han patrullado durante la noche anterior el distrito. "La Benémerita quiere apuntarse tantos ante el Gobierno", afirma un inspector. Se advierte en la comisaría la existencia de un conflicto de competencias con el otro cuerpo.

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