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La imagen de la policía

( ... ) No creemos que el ciudadano corriente tenga nada contra lo que en unas octavillas se ha calificado como "reivindicaciones legales, económicas, sociales y sindicales" de los policías. Pero no creemos tampoco que la huelga sea precisamente popular: durante los últimos años han sido reiterados los esfuerzos por adaptar la imagen de la policía a la nueva realidad constitucional y democrática. Si no fueran los mismos miembros de la policía, a través de sus dos sindicatos, los que llaman la atención del ciudadano sobre un estado de ánimo inquieto y dispuesto incluso a la huelga, es posible que tales esfuerzos hubieran calado en la ciudadanía. Pero a la vista está que la policía se presenta a sí misma ante la opinión como un problema pendiente.La hipótesis de que sean los sindicatos de policía los que se impongan a las autoridades resultaría un espectáculo de excepción cuando los sindicatos en el orden económico y social no dejan de atenerse a las grandes líneas políticas trazadas en un régimen parlamentario. ¿Puede saldarse el conflicto con un pacto? Habría que saber qué duración y efecto va a tener éste, y, en todo caso, el efecto sobre la imagen pública sería lento. ¿O habrá que ir a una reestructuración en profundidad?

La cuestión no parece de ningún modo sencilla, pero el ciudadano español ha de poder llegar a poner la policía entre las instituciones que más aprecia, precisamente por el grado de protección y tranquilidad que le ofrece.

A la luz de esta meta hay que juzgar los episodios que vengan.

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27 de noviembre

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