Empleadas de un hipermercado denuncian que fueron obligadas a desnudarse en un registro
Diez empleadas del hipermercado Continente, de Alcobendas, elegidas por sorteo fueron obligadas a desnudarse en presencia de una representante laboral y dos empleadas del servicio de seguridad para comprobar si llevaban objetos robados entre las ropas, según han denunciado algunas de las afectadas. El jefe de personal del hipermercado declaró desconocer el hecho, y lo consideró "de mal gusto, si es que se confirma su veracidad".
Pasadas las 22.30 horas, los trabajadores de Continente se disponían a fichar para dar por concluida su jornada laboral. Era la víspera de la Almudena. El jefe de seguridad, Andrés Pujol, apostado junto al reloj de fichar, presentaba al azar a las trabajadoras, especialmente a las auxiliares de caja, una bolsa de plástico donde se supone había bolas de dos colores. Una trabajadora metió la mano en la bolsa y tuvo oportunidad de comprobar el premio: en un cuarto próximo, en el que se encontraban ya una representante del comité de empresa y dos personas más, encargadas de la seguridad en el centro comercial, la empleada recibió la orden de comenzar a desvestirse.Tras quitarse los pantys, se le ordenó que se desabrochara el sujetador y lo apartara de sus pechos para comprobar si llevaba escondido algún objeto que no fuera de su propiedad.
Una de las trabajadoras víctimas del examen anatómico se negó a quitarse el sujetador. La empleada de seguridad la cacheó y estiró la prenda hasta comprobar que no ocultaba nada. ¡Ahuéquese las bragas para que comprobemos si lleva algo escondido!", le espetaron. Terminado el registro, se vistió y salió a la calle. Casi inmediatamente, recuerda que retumbaron en su cerebro las notas de una vieja canción de la movida madrileña de Alaska y los Pegamoides: Horror en el hipermercado.
Control "rutinario"
Ocho cajeras, una empleada de oficinas y otra de la sección de charcutería pasaron el control "rutinario", tal y como lo calificaron las encargadas de ejecutarlo. Era el primero que se realizaba desde la inauguración del centro comercial, en abril de 1982. Antes de que el hipermercado fuera abierto al público, a los trabajadores se les advirtió de la posibilidad de que se efectuasen registros al personal.El proceso, efectivamente, consiste en presentar al trabajador una bolsa donde hay bolas de dos colores. Cada empleado va extrayando una bola y al que le toca el color fatídico es sometido a un registro que la ley, concretamente el Estauto de los Trabajadores, reconoce y consagra, aunque especifica que "se respetará al máximo la dignidade intimidad del trabajador". A los empleados del hipermercado Continente se les advirtió también que la negativa a someterse al registro podía ser caúsa de despido.
Los empleados del establecimiento también fueron registrados, pero, sin embargo, sólo se les cacheó, según manifestaron trabajadores de la empresa.
El jefe de personal de Continente en Alcobendas, Fernando Pérez Alcarazo, declaró que no tiene constancia de que el registro se hubiera realizado de forma vejatoria para los trabajadoras. "Si se confirmara que fue así, me parecería de muy mal gusto", indicó. Por su parte, un miembro del comité de empresa, integrado por afiliados a la Federación de Trabajadores Independientes de Comercio (Fetico), Aseguraba que el reglamento del sector de comercio autoriza el registro de las taquillas donde los empleados guardan sus efectos personales y de la propia persona de los trabajadores.
Delincuentes potenciales
Por otra parte, en el hipermercado Alcampo, situado en el centro comerciál Madrid 2, en la Vaguada 2 del barrio del Pilar, un vigilante jurado impidió a tres jóvenes de 17 y 18 años penetrar en las dependicias."Nos dijeron que no entrábamos porque éramos jóvenes", afirmaron. "Después de esperar largo rato y pedir que se nos dieran explicaciones, el jefe de seguridad del hipermercado nos dijo que él en su casa hace lo que le da la gana, y que no está obligado a a justificar sus actos ante nadie".
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