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El Parlamento vasco anuncia el debate de la ley de Territorios Históricos, ofrecida como "norma de equilibrio"

El polémico proyecto de ley de Territorios Históricos, que regula las relaciones entre las provincias y la comunidad autónoma, cuyo deba te se inició ayer en el Parlamento vasco, fue presentado en el hemiciclo por el propio presidente, Carlos Garaikoetxea, como una "norma de equilibrio" entre la potenciación del régimen foral de las diputaciones y el mantenimiento del poder de las instituciones comunes (Gobierno y Parlamento). Tras dos años y medio de tensiones e intentos frustrados de lograr el máximo consenso, el texto definitivo del proyecto ha conseguido tan sólo una aproximación relativa de la derecha a los nacionalistas. La izquierda parlamentaria critica el texto porque, en su opinión, es "foralista y disgregador". En el discurso de presentación, Garaikoetxea dejó entrever su imposibilidad de exponer otro plan de constitución interna de Euskadi que no reflejara la voluntad foralista-provincialista que predomina en amplios sectores de la población vasca y, de su propio partido. El Gobierno vasco se había mostrado partidario, hace dos años, de un proyecto más coordinado y centralizado. El lendakari insistió ayer en la necesidad de potenciar la autonomía foral, "que todavía tiene vigencia y es hondamente sentida en amplios sectores del país".Se esforzó el lendakari en presentar el proyecto "en su justo medio" entre los conceptos más centralistas y los más foralistas. "Mirar al pasado es conveniente para contemplar nuestras raíces y saber de dónde venimos. La idea de nación, en cambio, sin olvidar el pasado, afirma el presente y el porvenir. El centralismo no es, ni puede ser, una nota que identifica a la nación, pero tampoco el foralismo en su concepción más esclerótica". Sin embargo, la idea de defender la potencialidad de las diputaciones en su relación, independiente en muchas ocasiones, con el Gobierno de la comunidad autónoma estuvo presente en todo el discurso de Garaikoetxea.

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Oposición 'provincialista' del PNV

Se hacía eco, en este sentido, de las críticas más gráficas que los foralistas del PNV le dirigían a él mismo, para señalar luego que "no resultaría legítimo convertir a las diputaciones en ventanillas de los Gobiernos autónomos".

"Frustración"

Por su parte, la oposición de la izquierda parlamentaria, que había presentado enmiendas a la totalidad del proyecto, se mostró muy crítica ante el mencionado proyecto de ley, ya que, en su opinión, el Gobierno vasco ha cedido ante las presiones más provincialistas. Tanto los socialistas vascos como Euskadiko Ezkerra coincidían en señalar que con la aprobación de la ley de Territorios Históricos, cuyo debate seguirá la próxima semana, los ciudadanos vascos "tienen un motivo más de frustración".El portavoz de los socialistas vascos, Juan Manuel Eguiagaray, dijo que, en su opinión, queda demostrado que el lendakari no es quien gobierna, "porque su papel es suplantado en esta ocasión por el presidente del PNV, Xabier Arzallus. La ley es coherente con la pretensión hegemónica del PNV, que pretende gobernar por los siglos de los siglos". Por su parte, el portavoz de EE, Javier Markiegui, señaló que si en el referéndum se hubiera advertido a la población de la orientación que iba a presidir el proyecto de ley de Territorios Históricos, la aprobación del Estatuto de autonomía habría arrojado resultados muy diferentes.

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