Londres, ciudad de los mil rostros
Parques, museos, monumentos y brumas, ofrecen aspectos, diferentes de una ciudad imposible de definir en una sola imagen
Es una ciudad hecha de ciudades y prados, formada por el progresivo acercamiento de lo que antes fueron pueblos; una ciudad acéfala, con tantos centros como barrios posee, con tantas vidas como centros, polifacética, cambiante de calle a calle, con múltiples puntos de referencias. Imposible definirla por una sola palabra ni mostrarla a través de una sola imagen, como quizá sea posible con otras grandes capitales del mundo. La postal del famoso Big-Ben con el fondo de las Casas del Pailamento, que se ha pretendido como su representación, alcanza tan sólo a reflejar el sector de Londres más vinculado a la Corona, Westminster. La inconfundible silueta de la Torre de Londres, vinculada para siempre a ocultos temores de prisión y castigo, es tan sólo la imagen de una city que nos recuerda sus primeros orígenes. Más allá, sin más punto, de unión que su imposibilidad de ser clasificados, Kensington, Chelsea, St. James, Bloomsbury Mayfáir, Marylebone, muestran sus rostros diferentes, perfectamente amables y civilizados, las mil caras de esta inmensa ciudad que se extiende por más de 1.600 kilómetros cuadrados, surgida antes de nuestra era como un poblado celta a la sombra del Támesis.La visita de la ciudad. Si es difícil conocer una gran ciudad en el escaso margen que proporciona un viaje de cuatro días o una semana, en el caso de Londres tal pretensión se hace literalmente imposible. Su carácter múltiple la disfraza de tal forma al viajero que la hace aparecer como docenas de ciudades difereptes y sucesivas. Lo mejor será, por tanto, no plantearse objetivos inalcanzables, elegir de momento lo que más interesa y dedicar el resto del tiempo a que Londres nos domine, ya que nosotros nunca podremos hacernos con ella.
Por una desgracia a la que se une una gran dosis de desconocimiento, gran parte de los viajeros que llegan a la capital no salen de Oxford Street, donde se concentran los grandes almacenes y un alto número de tiendas de todo tipo. Las compras han sido, y aun a pesar del inalcanzable precio de la libra siguen siéndolo, uno de los mayores atractivos del viaje. Pero ni tan siquiera toda la actividad comercial se, sitúa en este sector de la ciudad, y, desde luego, existen otros muchos paseos que permitirán conocer las distintas caras de Londres. Como mínima ayuda, aquí van algunas indicaciones por tomas y barrios.
Londres monumental. Habrá que ir a buscarlo a Westnifinster y la City. En Westminster, amplio, aristocrático y penetrado de cuidados parques, algunas visitas de obligación histórica: la abadía, que data de época normanda, escenario de coronación de reyes. Una indicación para adictos literarios: en el Poet's Comer se encuentran las tumbas de Chaucer, Milton, Blake y T. S. Eliot, entre otros, que son siempre los mejores. El palacio de Westminster, con la inevitable figura del Big-Ben y la posibilidad (tan sólo hay que sumarse a la cola) de asistir a una sesión del Parlamento. Banqueting House, una construcción del palladiano Íñigo Jones. Muy cerca, Buckingham Palace, residencia real desde que así lo decidiera la reina Victoria, y St. James Palace, la primitiva residencia.
En la City, el primer núcleo de lo que, sería luego Londres, hoy convertido en escenario monumental de los altos negocios, habrá que visitar la Torre de Londres, construcción normanda y testigo de la historia de la ciudad. La catedral de San Pablo, la gran obra de Christopher Wren, adaptación de los modelos renacentistas italianos. El conjunto de calles que rodean la iglesia del Temple. El Guildhall, la Casa Consistorial de las Corporaciones de Londres, de principios del siglo XV.
Los parques. Forman parte de la imagen más característica, viva y civilizada de la ciudad. Grande o pequeño, no se vaya de Londres sin, al menos, pasear por uno de ellos. Le dará una imagen tan real de sus habitantes como sus calles, plazas y casas. El más conocido es el Hyde Park. El más antiguo, St. James. Uno de los más elegantes, Regent's Park, que cuenta con un zoo. Y no olvide que el Kew Gardens (accesible en metro) es uno de los más interesantes jardines botánicos de Europa.
Los museos. El mejor, el insustituible, más pedagógico que varios libros de arte, el British Museum. Lo más práctico será dedicarle un día, seleccionando bien el recorrido, deteniéndose sobre todo en las salas de arte de Asiria y Mesopotamia, egipcio y griego. La mejor pinacoteca, la National Gallery. También espléndida, la Tate Gallery. De entre la larga lista de los restantes, que son muchos e interesantes, habrá que elegir y dosificarlos en sucesivas visitas. A no olvidar, el Victoria and Albert Museum y el mítico museo de cera Madame Tussaud.
Las compras. Además de la ya conocida Oxford Street, otras calles y barrios. Tiendas elegantes y caras en Regent Street y Bond Street. Libros y discos, en Charing Cross. Vídeos y aparatos electrónicos, en Tottenham Court. Boutiques y mercadillo, en Covent Garden. Rastros, además del de Portobello, muy turistizado, los domingos hay uno en Petticoat Lane, y los viernes, en New Caledonian.
Espectáculos. Un paraíso para amantes del ballet, la música y la ópera. Habrá que consultar programa y horarios en el Time-Out u otra revista al uso. Será mejor reservar localidad por medio de una agencia especializada. La vida teatral londinense es también muy intensa y habrá que ser previsor con la compra de entradas.
Londres en noviembre y diciembre. Para los que viajan a Londres estos meses, no olvidar 14 impresionante exposición The Genius of Venice 1500-1600, que tendrá lugar desde el 25 de noviembre hasta mediados de marzo en la Royal Academy of Arts, en Mizcadilly. A muy distinto nivel, pero interesantes, serán las exposiciones dedicadas a Dufy en la Hayward Gallery, y el arte islámico de los siglos XVI y XVII en el British. En teatro, el mayor acontecimiento es el estreno de Dancin, de Bob Fosse, el 14 de noviembre, en el teatro Drury Lane.
Guías. Sigue siendo útil la Guía Secreta, de Vicente Molina Foix. La verde de Michelín, sin embargo, no está a la altura de sus espléndidas hermanas de colección. Mejor será utilizar la recientemente editada en español de Folio, y desde el punto de vista monumental es realmente buena la poco conocida Gida de Londres y Gran Bretaña, de Salvador Magdaleno, edición de autor. Para cualquier información, dirigirse a la eficientísima Oficina de Turismo Británico (Torre de Madrid, planta 6ª, Madrid- 13. Teléfono 241 13 96). Le proporcionarán toda la información del mundo.
El viaje. Los precios siguen siendo accesibles si se utilizan los servicios de los mayoristas especializados en este destino. Un precio aproximado para cinco días de alojamiento y vuelo ida y vuelta incluido sería de 26.000 pesetas. Así lo ofrecen Club de Vacaciones e Iberojet, entre los más conocidos.
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