Concluye la 'cumbre' hispano-portuguesa sin acuerdos relevantes
El clima de pesimismo general por los pocos logros concretos obtenidos en la cumbre hispano-portuguesa es quizá la nota dominante del viaje oficial del presidente del Gobierno español, Felipe González, a Lisboa, iniciado el pasado viernes y concluido anoche. Felipe González tiene previsto regresar hoy a Madrid poco antes de mediodía.La firma de la Declaración de Lisboa, que recoge aspectos bilaterales de orden político, económico y de política exterior; la institucionalización de los contactos políticos entre los dos Gobiernos, con una reunión anual de los primeros ministros, y la intención de negociar para 1984 un acuerdo de pesca que resuelva el contencioso pendiente desde que, a primeros del pasado año, las autoridades portuguesas prohibieran a los pescadores españoles faenar dentro de las 12 millas territoriales, han sido los logros más importantes de este viaje. Otros acuerdos menores, como el reparto de frecuencias para los radioaficionados, la sanidad animal y la construcción del puente sobre el Miño, no lograron despejar el pesimismo general mostrado por los ministros y altos cargos españoles que han acompañado a Felipe González.
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