Sáenz de Santa María se compromete a impulsar la modernización de la Guardia Civil

El teniente general José Antonio Sáenz de Santa María se comprometió ayer, al temar posesión como director general de la Guardia Civil, a "seguir impulsando el conjunto de medidas de modernización" iniciado ya en el instituto, al que se refirió con estas palabras: "Un cuerpo policial que no sea querido por su pueblo no tiene ninguna posibilidad de éxito y ni siquiera posibilidad de supervivencia como tal cuerpo". El acto estuvo presidido por los ministros de Defensa e Interior, Narcís Serra y José Barrionuevo, respectivamente.

El nuevo responsable de la Guardia Civil se definió como un "viejo soldado", e inició su discurso haciendo un recorrido de lo que han sido sus últimos años en la carrera militar, con encendidos elogios, primero, para la propia Guardia Clivil, cuerpo en el que estuvo destinado ocho años como jefe de Estado Mayor, luego, para la Policía Nacional, a la que dirigió bajo el mandato del anterior Gobierno, y por último, para Cataluña, al frente de cuya capitanía general ha permanecido hasta hace unos días.Comenzó el teniente general Sáenz de Santa María su referencia a la Guardia Civil recordando su carácter militar y se detuvo en lo que, según sus palabras, va a consistir su programa de actuación al frente del instituto. Esto lo resumió en cuatro puntos: impulsar el conjunto de medidas de modernización iniciadas ya por su antecesor en el cargo; fortalecer las virtudes tradicionales del cuerpo (lealtad, disciplina y espíritu abnegado de sacrificio); acercar cada vez más la Guardia Civil al pueblo, y exigir una dura preparación frente al reto de la delincuencia, especialmente el terrorismo.

Frente al terrorismo

"La exigencia de un preparación dura para hacer frente al reto del terrorismo y la delincuencia, que requiere el empleo de una legítima reacción de fuerza", dijo Sáenz de Santa María, "no puede hacernos olvidar la necesidad de que nuestras acciones solidarias se fijan por el espíritu de la cartilla del Guardia Civil de 1845, cuyo espíritu se puede resumir en la expresión de que el guardia civil no debe ser temido más que por los malhechores". Sáenz de Santa María terminó refiriéndose a la última estrofa del himno de la Guardia Civil ("Viva España, viva el Rey,/ viva el orden y la ley,/ viva honrar a la Guardia Civil"), que glosó diciendo que España "es el ideal de nuestro servicio a la Patria", el Rey es a quien le debemos "lealtad y respeto", y el orden y la ley, "nuestra principal razón de ser". Indicó que "por ello hay que cumplir y hacer cumplir la ley, en este caso la Constitución".

Antes de Sáenz de Santa María pronunció una palabras de bienvenida el subdirector general de la Guardia Civil, general de división Francisco Javier Cereceda, quien dijo que "un fallo en nuestras actuaciones por cualquiera de los cerca de 60.000 hombres que vas a mandar tiene inmediata y amplia difusión en la opinión pública. Unas veces, con críticas acertadas y veraces, y otras, dejándose llevar los autores de ellas por condicionamientos ajenos al hecho acaecido". Y añadió que "siempre que hay una actuación reglamentaria es el propio cuerpo el más interesado y el más inflexible en aplicar con toda la crudeza los códigos correspondientes".