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Gas Madrid llegó primero

Álex Grijelmo

Gas Madrid llegó a la avenida de Manoteras huyendo del centro de la capital. Sus instalaciones de la ronda de Toledo fueron desmanteladas por el peligro que suponían. La nueva fábrica comenzó su actividad en 1967. Lo que hoy es la colonia Virgen del Cortijo era entonces un descampado, y la empresa cumplía las normas sobre actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, según las cuales una instalación de ese tipo debe distar 2.000 metros de un núcleo habitado.

En 1969, siendo alcalde Carlos Arias Navarro, varias constructoras solicitaron al ayuntamiento autorización para edificar en la zona. Desde entonces, y hasta 1976, Gas Madrid interpuso escritos, recursos y otros trámites administrativos. Siempre perdió.

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Un trabajador muerto y tres heridos al incendiarse nafta en la fábrica Norte de Gas Madrid, situada junto a un colegio

El desaguisado no paró ahí. Los depósitos de gas para la urbanización fueron situados en un terreno donde más tarde, en septiembre de 1980, se inauguraría un colegio, el centro Virgen del Cortijo (distinto del situado a 50 metros de la fábrica, el instituto Ramón y Cajal). Los depósitos quedaron bajo el patio en el que los alumnos juegan al fútbol. La catástrofe de Ortuella, donde murieron 50 niños y 3 adultos por una explosión de gas, sembró la alarma entre los vecinos. Tras diversas protestas, los depósitos fueron llevados a un lugar más lejano.

Desapareció así uno de los dos principales puntos de inquietud, pero quedan las 24 gigantescas esferas de la fábrica Norte. Según Gas Madrid, los miedos son injustificados, pues las medidas de seguridad resultan incluso superiores a las exigidas.

En la provincia de Madrid hay nueve grandes instalaciones de gas. Campsa las tiene situadas en Villaverde, Torrejón y Barajas; Butano, en San Fernando, Pinto y Villaverde; y Gas Madrid, en Manoteras, el único cercano a un núcleo urbano de la capital. En él se produjo ya un accidente grave el día 29 de enero de 1971. Perdieron la vida cinco obreros.

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Sobre la firma

Álex Grijelmo
Doctor en Periodismo, y PADE (dirección de empresas) por el IESE. Estuvo vinculado a los equipos directivos de EL PAÍS y Prisa desde 1983 hasta 2022, excepto cuando presidió Efe (2004-2012), etapa en la que creó la Fundéu. Ha publicado una docena de libros sobre lenguaje y comunicación. En 2019 recibió el premio Castilla y León de Humanidades

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