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Un soldado de la base de Torrejón, presunto autor de la agresión a un niño de 14 años

Un niño de 14 años de edad, vecino de Torrejón de Árdoz (Madrid), fue asaltado por sorpresa y herido a golpes de palo por un adulto, que los testigos presenciales han identificado como soldado de la base aérea conjunta hispano-americana situada en la misma localidad. La agresión se produjo el sábado por la noche cuando el niño se disponía a entrar en su domicilio y por motivos no esclarecidos. El juez instructor de Alcalá de Henares ha recibido la competencia en este asunto, en el que la identidad del agresor ya ha sido establecida por la policía, aunque no se ha hecho pública. La corporación municipal de Torrejón acordó ayer redactar "una nota de repulsa a la base", según comunicó el portavoz de prensa del ayuntamiento.

A las nueve de la noche Alberto Esperanza Herráez, de 14 años, estudiante de 1º de BUP, despidió a los dos amigos con los que había jugado en el Parque Murgía, situado a pocos metros de su casa, en la calle de Budapest, número 19. En el momento en que iba a entrar al portal, sintió un empujón en la espalda y cayó de bruces sobre el césped que bordea los bloques de viviendas. Cuando volvió el rostro para ver qué pasaba, recibió un golpe en la cara y oyó unos insultos: "Para que no te metas con mi hijo, para que no me tiréis piedras al coche". Con precisión, no recuerda más.S. F. A. B., de 27 años edad, vecino de la misma vivienda, que pasaba por el lugar, contempló. la escena y, dada la oscuridad, creyó que se trataba de una pelea de chiquillos. Vió que uno golpeaba a otro, que sangraba por la cara, y "lo rebozaba en el barro", y les llamó la atención. Enseguida advirtió que el agresor era una persona mayor y a gritos le amenazó con que avisaría a la policía si no le dejaba en paz. El agresor, según manifestó el testigo, se encaró con él en tono amenazante y, luego, echó a correr.

Alberto se incorporó como pudo y, en vez de ir derecho al portal de su casa, dió la vuelta a la manzana. "Tenía miedo", declaró, "de que aquel hombre viviera dónde vivía. Pensé que podía venir otro día". Por la descripción que Alberto y el testigo hacen del agresor, éste es un hombre de un 30 o 35 años de edad, de rostro sin afeitar, vestido con chaqueta coreana de color verde estilo militar, gorro de lana y pantalones oscuros metidos en las botas. Ambos afirman que el agresor hablaba castellano con acento americano. Con mayor precisión, el testigo señala que "es un chicano y llevaba en las manos dos palos con los que golpeó al muchacho". Alberto asegura que no se ha metido con ningún niño, ni tira piedras a los coches.

Cinco puntos de sutura

Cuando la madre de Alberto, Isabel Herráez, le abrió la puerta de la casa tuvo "un susto de muerte". El chico tenía la cara "deshecha, toda la parte izquierda hinchada y sin forma". "Si no es por ese testigo me lo mata", manifestó ayer. En el ambulatorio al que se trasladó al niño le diagnosticaron herida contusa de pronóstico reservado. Desde allí se le condujo a la Residencia Sanitaria de La Paz para que le aplicaran cinco puntos de sutura en la herida del pómulo izquierdo. A la una de la madrugada del domingo, Alberto prestó declaración en la comisaría de Policía de Torrejón de Ardoz, donde sus padres presentaron denuncia.Ayer por la mañana, un vecino anónimo llamó por teléfono al Ayuntamiento para comunicar losucedido. El aviso fue remitido a la Policía Municipal, que se interesó en el caso. La corporación muncipal de Torrejón acordó "radactar una nota de repulsa a la base", según informó el portavoz de Prensa. También se estudióla posibilidad de convocar una reunión de representantes del Ayuntamiento, de la comisaría de policía y de la base militar para tratar este tema, aprovechando", según informó el mismo portavoz, "que periódicamente se mantienen reuniones conjuntas para estudiar temas que afectan al municipio o con motivo de la celebración de alguna fiesta". Dicha reunión no llegó acelebrarse ayer, según afirmó el comisario de Torrejón, quien, no obstante, señaló que "la ide7ntidad del agresor ya se conoce, pero las actuaciones han pasado al juzgado de instrucción de Alcalá de Henares, están sub judice y ahora dependen del juez".

A mediodía de ayer, el padre de Alberto, Hipólito Esperanza, y el testigo que presenció los hechos, acudieron a la comisaría de Policía para ampliar la denuncia. "El resultado ha sido nefasto", declaró el padre del niño agredido. Un inspector informó a los denunciantes que remitirían al juez de Alcalá esta nueva aportación y, en el transcurso del diálogo, según manifestó Hipólito Esperanza, el policía dijo: "No podemos hacer más. Nos sentimos humillados, pero es así. Cuando hay un incidente con alguien de la base, no tenemos autoridad. Sólo cuando los cogemos infraganti podemos retenerlos para ponerlos inmediatamente a disposición de las autoridades de la base, y ya no sabemos más".

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La madre de Alberto comentó al respecto: "No nos extraña que aquí pase un montón de cosas y que la gente acabe por callarse y aguantar".

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