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Numerosos procesos militares masivos coinciden en Turquía con las elecciones de mañana

Las autoridades militares turcas han prohibido a periodistas y delegaciones extranjeras, hasta después de celebradas las elecciones legislativas de mañana, la presencia en el acuartelamiento de Amasya, en el que el pasado jueves se reanudó el juicio contra 740 habitantes de la localidad de Fatsa, para más de 100 de los cuales se solicita la pena, de muerte.

ENVIADO ESPECIAL, El Comité Europeo para la Defensa de los Refugiados e Inmigrados, con sede en Basilea (Suiza), ha enviado al juicio. una representación internacional de cuatro personal, entre las que se encuentra el alcalde de Leganés, el socialista Fernando Abad. La delegación observadora fue autorizada en un principio a presenciar el juicio. El pasado jueves, sin embargo, la autorización fue denegada.Los 740 habitantes de Fatsa, localidad de 23.000 habitantes, a orillas del mar Negro, que se encuentran procesados son, en su inmensa mayoría, miembros de la organización izquierdista Dev Yol, prohibida y disuelta tras el golpe de Estado del 12 de septiembre de 1980 y objeto desde entonces de una persecución sin cuartel, que ha causado el procesamiento de más de 2.000 de sus miembros. En el caso de Fatsa, los procesados se enfrentan a una acusación que les responsabiliza de 90 muertes, numerosos intentos de asesinato, robos, ataques a mano armada, actos de vandalismo y manifestaciones ilegales.

El principal acusado es el alcalde de la ciudad hasta el momento de la intervención militar, un sastre llamado Fikri Somnez, que, al frente de una candidatura independiente apoyada por Dev Yol, triunfó en las elecciones municipales de 1979 y puso en marcha una singular experiencia de administración del poder. Con la creación de comités de barrio y la adopción colectiva de las decisiones, la ciudad se convirtió en Fatsa la Roja para una hostil Prensa de derechas y para el propio Gobierno, por entonces todavía civil.

Entre tanto, los líderes del Partido de la Democracia Nacionalista (PDN, Turgut Sunalp), del Partido de la Madre Patria (PMP, Turgut Ozal) y del Partido Populista (PP, Necdet Calp) ofrecen sus últimos mítines antes de que esta tarde concluya oficialmente la campaña electoral.

Anoche el presidente turco, Kenan Evren, en una intervención radiotelevisada a todo el país, rompió la neutralidad mantenida hasta ahora; criticó duramente -aunque sin nombrarlo- al favorito ante las elecciones legislativas del domingo (Turtut Ozal, del Partido de la Madre Patria) y pidió el voto, abiertamente, para quienes "continúen la política del Consejo Nacional de Seguridad" y eviten que la nación "caiga de nuevo en un clima de hostilidad y violencia".

Evren ha salido a la palestra para intentar frenar -con casi incontestada autoridad- la imparable carrera hacia la victoria de Turgut Ozal, que enarbola la bandera del liberalismo económico y altranza. Tras recordar el día anterior, en la ceremonia de colocación de la primera piedra de la que será la mayor presa de Turquía, que "estas obras son propiedad de la nación turca, pero nunca de ciudadanos individuales" (en referencia a las intenciones de Ozal de hacer pasar a manos privadas la explotación del puente sobre el Bósforo y de la presa de Keban), el presidente ha dado un paso más, éste infinitamente más rotundo.

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El discurso de Evren constituye una zancadilla clara a las aspiraciones de Ozal, y aumenta las posíbilidades con que cuenta el que siempre fue considerado como el partido de los militares, Partido de la Democracia Nacionalista.

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