Los bancos homenajearon por su cuenta a su patrón

Los bancos se decidieron a celebrar por su cuenta la festividad de su patrón y, de espaldas a la cruda realidad que les representaba el saldo global negativo que ofrecía su peculiar mecanismo de contratación, decidían por su cuenta continuar la juerga de reuniones anteriores y aportar un argumento adicional para que el índice general del mercado de valores madrileño reflejase un nuevo avance.No obstante, la situación al término de las reuniones volvía a presentar unos perfiles que inducían al optimismo, por cuanto una nutrida selección de valores presentaba una fuerte demanda. También es importante destacar que el comportamiento de los valores bancarios distó bastante de resultar uniforme. Mientras Banesto presentaba una diferencia vendedora de 34.762 acciones y mejoraba cinco puntos, el Popular, con algo menos de 9.000 títulos de resto negativo, introducía en su cotización una corrección a la baja de cinco enteros, con una clara intención disuasoria para con los vendedores, al menos según se apuntaba en las salas de contratación.

Con todo, los dos sectores que cuentan con mayor número de chicharros entre sus filas -el de alimentación y el siderúrgico- eran los que volvían a presentar las mayores alternativas alcistas. En el primer grupo volvía a destacar el avance de El Águila, que sumaba siete nuevos enteros a su precio anterior, situándose ya en el 190%. Sobre esta sociedad están a punto de comenzar a tratar los horóscopos. Esto o la quiromancia son los últimos recursos que los especialistas citan para intentar entender su comportamiento. En cualquier caso, sí hay un hecho cierto: nadie parece capaz de aportar razones concretas para avalar este comportamiento. El secreto parece mantenerse contra viento y marea. Enhorabuena a los responsables de la hipotética operación.

La decepción de la reunión corrió a cargo de los valores eléctricos. Las acciones de estas compañías, que al término de las reuniones del pasado jueves vieron renacer un cierto flujo comprador, se encontraron a primeras horas de la mañana de ayer con un mercado que les resultaba escasamente favorable. Las órdenes de venta insatisfechas del día anterior no se habían retirado y, por el contrario, los compradores habían desaparecido como por ensalmo. Así, las cotizaciones de estos títulos experimentaban unos nuevos repliegues y en sus corros la actividad resultaba bastante limitada. No obstante, tras el cierre de las operaciones de la jornada se volvían a apreciar nuevos tanteos de compra, cuya consistencia era bastante difícil de establecer.

Otro comportamiento que mereció la atención de los asistentes a las reuniones bursátiles de ayer fue el de los derechos de suscripción de Telefónica. Como si despertasen de un prolongado sopor que mantenía su precio anclado en torno a las cinco pesetas, los cupones de Telefónica observaron un importante incremento en su contratación directa en el corro y llegaron a marcar cinco cambios distintos en el mercado madrileño, que iban desde las 5,50 pesetas hasta las 6,50 a que cerraron. En círculos especializados se comentó bastante favorablemente esta animación de los derechos de Telefónica y se apuntaba que, en otro caso, el último tramo del desdoble podría llegar a resultar extraordinariamente duro para la compañía.