_
_
_
_

Un marchante belga fue hallado muerto, enrollado en una alfombra, junto a la tapia de un cementerio

Amelia Castilla

José Óscar Hantson, de 49 años, nacido en Renaix (Bélgica), acreditado marchante de obras pictóricas, fue hallado muerto el domingo, enrollado en una alfombra de su casa, junto a la tapia del cementerio judío de Hoyo de Manzanares, distante 55 kilómetros de Madrid. Su cuerpo presentaba golpes y hematomas. La policía ha detenido a tres presuntos autores del asesinato.

Hantson, según la policía, era homosexual -circunstancia que niega la familia del fallecido- y por ello se relacionaba con los tres jóvenes detenidos, cuyos nombres corresponden a las iniciales M. A. L. y R. A. L., hermanos, de 22 y 25 años, respectivamente, y R. F. R. H., de 27, amigo de ambos y fichado por delitos contra la propiedad y tráfico de estupefacientes. Los dos hermanos vivían en Las Rozas y tenían un taller de compra-venta de coches.

El móvil del asesinato fue el robo. La policía ha recuperado dos papeletas de empeño de joyas, un justificante de cambio de 1.000 dólares (150.000 pesetas), dos relojes de la víctima y 250.000 pesetas, procedentes de un talón cobrado.

Hantson, que residía en Madrid desde hace un año, hablaba perfectamente varios idiomas. Era una persona culta, elegante y muy apreciada en el mundo del arte. Quienes le conocieron aseguran que su carácter era muy liberal y que "había vivido mucho y bien". El lunes, día 25, regresó a Madrid precedente de Bruselas, adonde había acudido para cobrar una herencia.

El martes por la noche cenó acompañado por dos de las tres personas que ahora están acusadas del homicidio: R. F. R. H. y M. A. L., a quien los 2unigos del marchante conocían como Mikel. La cena se celebró en un restaurante de la calle de Bárbara de Braganza, según manifestó un amigo de la víctima, que llevó en su coche a los tres hasta la puerta del establecimiento. Después acudieron a diversos bares de ambiente gay.

Iba a cobrar una herencia

De madrugada, Hansont llegó a su domicilio, situado en la calle de Recoletos, número 3, acompañado por los dos individuos citados. Luego, llegó R. A. L. Un vecino de la víctima escuchó a las 2.30 horas golpes, voces y discusiones. Hantson, al parecer, había, hablado anteriormente a Mikel sobre la herencia que esperaba recibir.Eddy Leon Hantson, hermano de la víctima, confirmó ayer que aquél no había cobrado todavía el importe efectivo de la herencia, extremo que presumiblemente desconocían los presuntos asesinos.

Según todos los indicios, tras golpearle, los jóvenes obligaron al marchante a firmar dos cheques, uno de 450.000 pesetas, que cobraron al día siguiente, y otro de 210.000 pesetas. Se apoderaron también de diversas joyas y divisas. No robaron, sin embargo, ni objetos antiguos ni cuadros de la vivienda, de gran valor.

Los detenidos, según la policía, aplicaron al marchante cloroformo, y le golpearon repetidamente con un cinturón hasta causarle la muerte. Después, cubrieron su rostro con una toalla y le envolvieron en una de las alfombras de su domicilio, que ataron con cuerdas. A continuación, bajaron el cadáver por el ascensor hasta el garaje de la finca y lo introdujeron en el coche Mercedes, propiedad de la víctima, en el que fue trasladado hasta el cementerio. Allí le enterraron. La señora que se encargaba de la limpieza de la vivienda de la víctima llegó al apartamento horas después. La casa estaba desordenada y faltaba, entre otras cosas, la alfombra de la sala.

Asimismo, el socio de Hantson, extrañado por su ausencia, viajó desde Sevilla hasta Madrid y presentó una denuncia por desaparición. Inspectores de la comisaría de Buenavista resolvieron el caso en 15 horas. Los tres jóvenes detenidos como presuntos autores del asesinato llevaron a la policía hasta el lugar donde habían enterrado el cadáver.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_