El coste del dinero se mantendrá en 1984 al nivel actual, según Manuel Martín

"En 1984 los tipos de interés reales no diferirán bastante de como están ahora. El equipo económico del Gobierno tiene muy poco margen autónomo para modificar los tipos y depende de lo que ocurra en el exterior, sobre todo, en Estados Unidos", afirmó ayer Manuel Martín, secretario general técnico del Banco Popular, al presentar la Información financiera de la entidad correspondiente al tercer trimestre del año.

Martín explicó cómo, a pesar de que el pasado 23 de abril Miguel Boyer, al presentar los Presupuestos para 1983 calificándolos de presupuestos de transición, instó a abandonar la obsesión por la política coyuntural para entrar a fondo en la reforma de las estructuras, la política monetaria no se ha ido del primer plano. "Al final del primer semestre", dijo Martín, "los objetivos monetarios revisados a la baja en abril, se, cumplían formalmente al nivel de las disponibilidades líquidas. Su crecimiento sobre 12 meses antes no llegaba al 13%, cuando en marzo pasaba del 15% y además se estaba desacelerando, según demostraba la tasa de avance de la media móvil trimestral. Pero, a lo largo del año, se había producido un fuerte proceso de traslación del ahorro del público desde los instrumentos monetarios típicos hacia otros no sometidos a coeficientes (bonos de caja, letras endosadas, pagarés de empresa, títulos hipotecarios, pagarés del Tesoro).

Acontecimientos monetarios

Computando los saldos de estos instrumentos junto con las disponibilidades liquidas, los objetivos monetarios aparecían desbordados, con crecimientos próximos al 17,5%".Par a el representante del Popular, entonces comienza un nuevo período denso de acontecimientos monetarios orientados al desarrollo de una política progresivamente restrictiva: el 14 de julio se establece un freno transitorio -hasta que se modifique la legislación sobre el coeficiente de caja- a la expansión de estos nuevos instrumentos llamados activos cuasi-monetarios; el 10 de agosto se decide aumentar en un punto más el coeficiente de caja; y, a partir de septiembre, queda institucionalizada una actuación concertada de las instituciones con el Banco de España, para asegurar el drenaje de liquidez en la cuantía y ritmo precisos para conseguir el objetivo que, entretanto, ha bajado sobre la rebaja de abril, quedando en el 9,5% para todo el año.

Por último, y en lo que se refiere a los resultados del Banco Popular en los nueve primeros meses del año, el resultado de explotación es superior en un 34% al de igual período de 1982.