El 80% de los nuevos empleos en EE UU está creado por la electrónica

La afirmación del carácter ambivalente de la nueva tecnología electrónica, destructora de puestos de trabajo tradicionales a la par que generadora de nuevos empleos, fue una de las conclusiones del simposio iniciado ayer en ESADEO con participación del presidente del Club de, Roma, Aurelio Peccei, y vanos de los redactores del informe elevado a dicha entidad hace dos años, y presentado ahora en España. El debate tuvo como eje el impacto de la microelectrónica en el mercado de trabajo y en él se puso de relieve cómo ha variado en los últimos años la actitud sindical sobre la cuestión.

Lo importante "no es la revolución en la microelectrónica, sino que ésta está haciendo posible la revolución en la información: lo que verdaderamente cambia la sociedad es el tratamiento que la microelectrónica da a la información", afirmó en la apertura del simposio el director general de Electrónica e Informática, Joan Majó.Este eje de discusión fue el que imperó en las ponencias posteriores. Así, uno de los redactores del Informe al Club de Roma Microelectrónica y sociedad, para bien o para mal, Alexander King, subrayó, desde un planteamiento clásico, el paralelismo entre la revolución industrial y la nueva revolución tecnológica. Sus consecuencias, según King, son equivalentes: aumento de la productividad, descenso del empleo. Este último "es difícil de cuantificar directamente", pero seguramente las pérdidas indirectas de empleo son más importantes que las directas.

La nueva tecnología, señaló King, "constituye, igual que un peligro, una oportunidad", en el sentido ya apuntado por el informe: liberación de energías para la organización del ocio, consideración del problema "no en términos de empleo, sino de ocupación", preparación para una nueva etapa de la civilización.

Optimismo multinacional

Esta visión pesimista sobre el empleo que trata de positivarse desde ángulos culturales fue complementada por la de Bruno Lamborghini, director de investigación de una multinacional del sector, Olivetti, según quien "hay más razones para el optimismo que hace dos años, aunque prosigan las resistencias hacia la nueva tecnología, causadas sobre todo por el analfabetismo generalizado sobre ella". La primera razón del optimismo radica en que "el gran impacto de la microelectrónica en el aumento de la productividad ataca a una de las bases del estancamiento económico actual".

El segundo argumento de este optimismo lo extrajo Lamborghini de la experiencia, al apoyarse sobre un reciente estudio elaborado en los EE UU, según el cual "la única posibilidad de crear empleo en los países desarrollados proviene de las nuevas técnicas". "El 80% de los empleos creados en un año en los EE UU", indicó el ejecutivo de la multinacional, "lo ha sido en industrias derivadas de la tecnología de la información, es decir, del mundo de las telecomunicaciones, láser y satélites". Esa cifra ha supuesto 15 millones de nuevos puestos en Norteamérica, particularmente en el sector terciario y con la característica de que todos ellos han surgido en las empresas pequeñas y medianas, pues "las grandes empresas no han creado un sólo puesto" Para Lamborghini, la alternativa ,de la terciarización debe ser el camino de Europa, "donde dos de cada tres trabajadores desempeñan sus funciones en actividades que no tienen futuro".

John Evans, del Instituto Europeo de Sindicatos y autor de uno de los pasajes más interesantes del Informe del Club de Roma, experto procedente del mundo sindical, insistió en la visión ecléctica sobre el impacto de la electrónica. "Los estudios que demuestran que se han perdido puestos son compatibles con los que registran el fenómeno contrario", afirmó.

John Evans señaló que los sindicatos se mostraban mucho más a la defensiva que hace un par de años a la hora de abordar esta cuestión, ya que la crisis ha hecho mella en el mercado de trabajo. "Entonces apoyaban con más ahínco la negociación, local, sectorial o nacional, para conseguir acuerdos que influyeran en la toma de decisiones sobre la seguridad laboral, el ambiente y la calidad del trabajo y el reciclaje", pese a lo cual insistió en la necesidad de que se profundizase en esta línea.

Y ello, destacó John Evans, "porque las decisiones clave afectan al mundo del trabajo no desde el momento en que son introducidas en él, sino desde que se inicia el proceso de diseño", momento de toma de decisiones en el que deben articularse alternativas, según el ponente, para influir en la misma de forma favorable al empleo.

El tercer mundo

El aspecto geoestratégico fue abordado por el también redactor del informe, el chileno Juan Rada, quien destacó como novedad la posibilidad de que la industria de los semiconductores se amplíe a países de tipo medio. Así, por ejemplo, la India exportó en 1982 software por valor de 13 millones de dólares, dando un enorme salto sobre los 200.000 dólares vendidos al exterior el año anterior. Sin embargo, para Juan Rada, dicha oportunidad casi se anula en los países de la periferia por la "erosión sistemática de la ventaja comparativa constituida hasta ahora por la disposición de una mano de obra barata", y por el hecho de que el proceso de terciarización es muy difícil de encarar por el tercer mundo, ya que no dispone de una base manufacturera sólida.