Una empleada de hogar y una enfermera, asesinadas en Zaragoza y Pamplona
Dos mujeres, una empleada de hogar, de 48 años, y una enfermera, de 25, ambas casadas y con hijos, han sido asesinadas en Zaragoza y Pamplona, en circunstancias muy distintas, aunque con una serie de coincidencias, especialmente la ausencia aparente de móvil por parte de los autores y falta absoluta de pistas sobre los mismos.
Magdalena Cebrián García, de 48 años, casada y madre de cinco hijos, fue asesinada a golpes en un camino del barrio de Miralbueno (Zaragoza), cuando regresaba del trabajo, sin que se conozcan todavía los móviles del hecho, que ha causado gran consternación y preocupación en el citado barrio.El cadáver fue encontrado por un yerno de la víctima y el novio de otra de las hijas, quienes, al comprobar su tardanza, y tras denunciar su ausencia en centros hospitalarios y policía, iniciaron su búsqueda en el camino que solía recorrer diariamente para acudir al trabajo. El cuerpo presentaba signos de violencia y en el maizal a donde se cree que fue arrastrada por el agresor se encontró una piedra de grandes dimensiones manchada de sangre.
La policía no ha encontrado indicios claros del móvil del crimen, pues el cuerpo de la víctima no presentaba señales de intento de violación y la mujer llevaba encima el dinero y sus pertenencias, entre ellas una pulsera.
Magdalena Cebrián era en la actualidad la única persona que sustentaba a su familia, pues el marido, enfermo de cáncer, no trabaja y cobra tan sólo un pequeño subsidio, y de sus hijos, sólo el mayor, Francisco, hace unos días había comenzado a trabajar.
En un portal
María Teresa Arzanco, de 25 años, casada, madre de una hija de corta edad, fue asesinada en el interior de un portal, a últimas horas de la noche del sábado, en Pamplona, por un individuo que le asestó siete puñaladas en diversas partes del cuerpo cuando la joven se dirigía a visitar a unos familiares suyos. El autor del asesinato, cuya identidad y características físicas se desconocen, no ha sido detenido, según informa Carmelo C. Ridruejo.
Aunque la Policía guarda un absoluto mutismo en torno a este crimen, cuyos móviles se desconocen, se ha podido saber que María Teresa Arzanco, casada con Luis Pérez de Obanos, fue apuñalada cuando comenzaba a subir las escaleras del edificio número 17 de la calle de Aralar, de Pamplona. La joven acudía a visitar a unos tíos suyos. María Teresa Arzanco, que, al parecer, se encontraba con su hija de dos años, aunque este extremo no ha podido ser confirmado, llamó al timbre del portal del inmueble en el que viven sus familiares para anunciarles su llegada. Poco después, éstos oyeron unos gritos en la escalera, por lo que bajaron rápidamente, encontrando a su sobrina en medio de un gran charco de sangre.
En un primer momento se pensó que la joven, enfermera de profesión, había sufrido una aparatosa caída, por lo que la trasladaron de modo inmediato a la residencia sanitaria de la Seguridad Social Virgen del Camino, de la capital navarra, donde ingresó ya cadáver. Los médicos que la atendieron apreciaron que había recibido un total de siete puñaladas: dos en la espalda, dos en el pecho, dos en un brazo y una en la mano.
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