El sector moderado logra una mayoría confortable al frente del Partido Laborista británico
Nell Kinnock, el nuevo líder de los laboristas británicos, procedente de la izquierda moderada, contará con una confortable mayoría en el comité ejecutivo nacional elegido ayer por el congreso del partido. La izquierda radical logró aumentar su representación con dos. puestos más, en detrimento del ala derecha que ha perdido tres ejecutivos. Sin embargo, los radicales no lograron el avance que esperaban y el tándem formado por Kinnocky el vicelíder Roy Hattersley podrá contar con 19 de los 30 miembros del comité.
La jornada de ayer fue especialmente emotiva porque incluyó la despedida del anterior líder, Michael Foot, que, a sus 70 años, y tras dirigir el partido en un momento de gran división y soportar la peor derrota electoral desde la primera guerra mundial, se retira del primer plano y conserva sólo su escaño de diputado. Foot, uno de los más estimados representantes de la izquierda clásica, maestro de Neil Kinnock, ha sido un líder muy querido aunque nada obedecido. Los delegados, puestos en pie, le tributaron una ovación de ocho minutos para compensarle, tal vez, de los feroces ataques de que ha sido víctima durante los dos últimos años.
La amargura de Foot
Foot se decidió por un discurso entre humorista y amargo, en el que pidió al nuevo equipo que mantenga la actual línea del partido porque, por encima de todas las críticas, es un programa de futuro del que muchas personas se acordarán dentro de algunos años. Los socialdemócratas, por traidores, y Margaret Thatcher, por llevar. al país al enfrentamiento y a la ruina, fueron sus dos blancos preferidos, aunque tal vez fue la Prensa británica la que resultó peor parada. Foot, que fue objeto, antes de las elecciones, de una violenta campaña de desprestigio por parte de la inmensa mayoría de los diarios de este país, afirmó que el periodismo que se hace hoy día en el Reino Unido es el peor de su historia y el más mentiroso.
Buenos augurios
El resultado de la elección del comité ejecutivo nacional permite al nuevo líder iniciar su trabajo con buenos augurios. Tradicionalmente los líderes no pueden contar con el apoyo incondicional de dicho comité, pero en este caso Kinnock podrá estar seguro de su apoyo mayoritario en buen número de temas. De la habilidad que demuestre en los próximos meses dependerá el que sea capaz de consolidar ese supremacía o que empiece a sufrir decepciones. El hecho de que el sector de izquierda más radical no haya cubierto sus objetivos, como reconoció ayer uno de los portavoces, Joan Maynard, sumado a la pérdida experimentada por el sector más a la derecha, colocan al joven político galés en una buena posición.Los delegados invirtieron ayer gran parte de su tiempo en discutir y atacar la política de sanidad de la primera ministra Margaret Thatcher, que ha iniciado ya el recorte de los presupuestos de la seguridad social. Al menos 3.000 enfermeras y médicos perderán su puesto de trabajo en los próximos meses, y se teme que los recortes del Gobierno conservador supongan una auténtica modificación de la estructura de la asistencia sanitaria en el Reino Unido, considerada hasta ahora como una, de las, más avanzadas de Europa.
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