El alcalde de Valencia anuncia la posibilidad de dimitir ante la división de su equipo
"Las dificultades de gobernabilidad que plantea en estos momentos el ayuntamiento, pese a que mi partido tiene la mayoría, me están haciendo pensar seriamente en la posibilidad de presentar la dimisión". En estos términos se expresaba ayer el alcalde de Valencia, Ricard Pérez Casado, del PSOE, a propósito de la posibilidad de crisis municipal.
La situación ha sido muy tirante durante los últimos meses dentro del grupo socialista y parece que hay serias diferencias entre el sector de concejales más próximo al aparato del partido, encabezado por el primer teniente de alcalde, Juan Antonio Lloret y Pérez Casado. Lloret, que figuró en segundo lugar en la lista socialista al Ayuntamiento de Valencia, está considerado como muy afín al secretario general del Partido Socialista del País Valenciano (PSPVPSOE) y presidente de la Generalitat, Joan Lerma.Al parecer, uno de los hechos desencadenantes de la crisis ha sido el enfrentamiento reciente entre el arquitecto Vicente González Móstoles, director de servicios de Urbanismo, y Lloret, concejal encargado de este área. González Móstoles es una de las personas que el alcalde intentó incluir en la lista sin conseguirlo, debido a la oposición de Lerma.
Por su parte, Juan Antonio Lloret manifestaba ayer que no hay ningún problema dentro del grupo socialista, y que González Móstoles no ha dimitido, como se ha llegado a asegurar. Afirmó que existe unasituación de "remodelación de los servicios técnicos dentro del ayuntamiento".
Estos enfrentamientos entre los socialistas se producen en un ambiente de gran tensión ante la celebración del 9 de octubre, aniversario de la toma de Valencia por Jaime I. Ese día se realiza la llamada procesión cívica, acto en el que los ediles acuden a la plaza de Alfonso el Magnánimo, con la bandera de la ciudad, para ofrenda ir una corona de laurel ante la estatua de Jaime I.
Continuos insultos
Desde que accedió la primera corporación democrática al ayuntamiento, este acto se ha caracterizado por los continuos insultos e intentos de agresión al alcalde y los concejales de izquierda, a veces consumados, por parte de anticatalanistas y ultraderechistas. Este año, tras la retirada de la estatua ecuestre de Franco de la plaza del País Valenciano, se han producido numerosas amenazas.Ayer mismo, el alcalde recibió Por correo un paquete anónimo con seis proyectiles del calibre nueve milímetros corto, que, según se especificaba en el paquete, iban destinados a él y los concejales socialistas.
Pese a que algunos medios de comunicación valencianos han especulado con la posibilidad de que la procesión cívica se suspenda este año, los tres grupos municipales -socialista, comunista y popular- manifestaron ayer en una conferencia de prensa que los actos se mantendrán como en afíos anteriores y que harán un llamamiento para que se celebren sin incidentes. Al parecer, la mayor parte del grupo socialista es partidaria de suspenderlos. Por el contrario, el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, se ha, manifestado decidido partidario de que la procesión cívica se celebre.
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