El comandante Torres ha intentado que se entreguen los tres 'ultras' perseguidos

El comandante del Ejército de Tierra en expectativa de destino civil Antonio Torres Gallego, que el pasado lunes fue interrogado por la Policía en relación con el paradero de los tres ultras que el día 1 arrebataron sus armas a dos policías nacionales, intentó convencer a las familias de los tres huidos para que realizaran algún tipo de gestión concreta que culminara con la entrega a la policía de tos huidos.Según informaron ayer fuentes policiales, el comandante había mantenido en los meses anteriores relaciones con los huidos, por haber participado todos ellos en un movimiento contra el consumo de drogas y la legalización del aborto. No obstante, las mismas fuentes indicaron que, tras el interrogatorio al que fue sometido Torres Gallego, se comprobó que el comandante no guarda relación alguna con posibles actividades armadas de los tres huidos.

En este sentido, manifestaron que, tras haber hablado con agentes de la Brigada Regional de Información, el comandante se puso en contacto con familiares de los huidos, para intentar que éstos se entregaran voluntariamente a la policía. No obstante, a última hora de la tarde de ayer todavía no se había obtenido ninguna pista concreta sobre el paradero de los tres ultras, si bien la policía continuaba confiando en su pronta detención.

Según personas que conocen directamente al comandante Torres, éste se separó del ejercicio activo de la profesión militar hace siete u ocho años, época en la que era considerado como un hombre de profundas creencias religiosas muy conservadoras. Las mismas fuentes indicaron que nunca se supo de relación alguna del militar con ningún grupo político que defendiera las actividades armadas.

Por otro lado, y según informa desde Valencia Jaime Millas, la Jefatura Superior de Policía de esta capital restó ayer importancia a la información publicada por el periódico valenciano Noticias al Día, según la cual los jóvenes huidos preparaban un atentado en Valencia para el próximo 9, fiesta de la Comunidad Valenciana. Según una llamada telefónica anónima al mencionado diario, los tres ultras, entre ellos un hijo del comandante Sáenz de Ynestrillas, se encontraban refugiados en el domicilio de otro ultra conocido por el sobrenombre de Larry, cuya existencia es desconocida por la policía valenciana.