Las alzas en la Bolsa de Nueva York han sido cortadas por la retirada de los fondos institucionales
Wall Street comenzaba la semana batiendo sus propias marcas históricas por tercera vez consecutiva en un corto período de apenas siete días. El Dow Jones tocaba la cota de 1.260,77 puntos, justificando, aparentemente, la previsión, recogida en estas mismas páginas, de llegar a verlo en el inconcebible nivel de 1.350 a plazo más o menos breve. Sin embargo, sólo cinco días después, cuando el viernes, día 30, la sesión de Wall Street andaba por su promedio, el Dow se había replegado hasta el nivel de 1.233,00. Lo cual viene a significar que, de lunes a viernes, los blue chips, los 30 valores privilegiados que tienen entrada en el Dow Jones, habían experimentado una devaluación media del 2,14%.Ello pone de manifiesto un error analítico en el que algunos técnicos se muestran propicios a incurrir: las cifras, los datos estadísticos, pueden llevarnos a formular conclusiones equivocadas, o por lo menos muy aleatorias, según informa Drexel Burnham Lambert. Así, cuando el Dow Jones batía, una vez tras otra, sus propios récords, había que tener en cuenta que, tras del movimiento alcista, se encontraban los fondos de inversión institucionales con sus compras de prestigio, habituales en fin de ejercicio trimestral, conocidas en la jerga bursátil por adorno del escaparate. Algunas noticias de signo negativo, la quiebra de la compañía financiadora Baldwin United, la suspensión de pagos en algunas aerolíneas, harían que aquellos compradores institucionales se retiraran del mercado, dando lugar a la severa corrección que se ha producido esta semana.
Dificultades empresariales
Ahora, con Wall Street pasando por una fase de evidente depresión, constituiría un error idéntico, aunque de opuesto sentido, el formular conclusiones de excesivo pesimismo. Las dificultades con que se enfrentan en estos días algunas empresas o sectores constituyen casos aislados, y en su mayoría, probablemente, con posible remedio. El entorno económico de base no ha variado, la reactivación económica de Estados Unidos prosigue su marcha, y, en consecuencia, debe suponerse que, a largo plazo, ha de prevalecer la tendencia alcista en el campo de los valores industriales o de servicios.
Los últimos exponentes de la actividad económica norteamericana no son de signo favorable: en el mes de agosto, una balanza comercial con déficit de 7.900 millones de dólares, que es cifra récord. También en agosto, la media en los indicadores económicos ha mostrado un corto declive del 0, 1 %. Cifra de mínima entidad por sí misma, pero significativa, puesto que es la primera vez, en el transcurso de 1984, en que la media de los indicativos es de signo positivo.
Sin embargo, pocos o nadie ponen en duda que el potencial económico de Estados Unidos se mantiene incólume.
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