Precisiones de Miret Magdalena
Quiero felicitarles por los dos reportajes realizados por el redactor de este periódico Javier Valenzuela acerca del infausto accidente mortal acaecido hace pocos días en un centro de menores.Es un modelo de precisión la transcripción de lo que le han relatado las diversas personas que le informan, recogiendo la referencia de este triste suceso comunicada por las diferentes personas que tuvieron relación con el asunto ocurrido en el centro de menores de San Fernando de Henares.
Pasa a la página 12
Viene de la página 11
Por motivos comprensibles de espacio, no ha podido transcribir todos los datos que le aporté y que él deseaba publicar. Únicamente lo que deseo aclarar es que al tener que recortar estos datos no se pudo indicar que tenemos en España cerca de 200 centros propios y 700 colaboradores y auxiliares (entre Protección de Menores y Protección de la Mujer). Y en Menores, tenemos 22.000 ingresados y 9.500 en libertad vigilada o colocados en familia. Y en el Patronato de Protección a la Mujer hay 759 chicas además.
Por eso, al hablar de la situación de los centros parecía que algunos de los de Madrid era "digno de una novela de Dickens" cuando me refería a un centro concreto fuera de nuestra capital y provincia, en el cual ocurrieron algunas de las cosas que después el redactor indica.
Fue en algunos de estos centros, repartidos por toda la geografía del país, incluso recientemente construidos, donde encontré soluciones constructivas con criterios represivos que no son adecuados ni siquiera según la anticuada ley del Menor de 1948.
En general, no había antes una verdadera orientación psicopedagógica, sino represiva, para los más conflictivos, y preocupada sobre todo por las fugas, queriendo poner toda suerte de barreras para evitarlas. He marcado tres pautas que inspiran esencialmente la actual línea de la Obra de Protección de Menores y de la Mujer, que han sido acogidas en general con satisfacción, aunque, a veces, cueste trabajo acertar en su aplicación a causa de su novedad: a) procedimientos humanizadores, supresión de celdas de castigo (llamadas a veces de catarsis o reflexión), habituar al menor a la libertad; b) estímulo de la responsabilidad personal, con el elogio positivo en vez del castigo, sistemático; nunca considerar al menor como irresponsable ni tampoco como irremediable; diálogo participativo sobre sus problemas actuales, mirando al futuro más que al pasado; en casos concretos, tratamientos psicoterapéuticos humanizadores y personalizantes; c) fomentar ante todo y sobre todo el acogimiento familiar, las adopciones, la libertad vigilada, el educador de calle o barrio, los hogares sustitutos pequeños, y sólo internar en centros grandes cuando sea imprescindible, construyendo éstos en módulos separados pequeños. / presidente del Consejo Superior de Protección de Menores.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.