El Plan Energético Nacional no contempla, en su versión actual, conceder la autorizacion definitiva a Lemóniz y Valdecaballeros
El nuevo Plan Energético Nacional (PEN), que el Ministerio de Industria y Energía está eleborando desde principios de año y que previsiblemente será presentado al Parlamento a finales del mes de octubre, no prevé, en su versión actual, ningún cierre definitivo de instalaciones nucleares en construcción, aunque sí contempla la eventualidad y necesidad de retrasar indefinidamente la concesión de las autorizaciones definitivas de los dos grupos de Lemóniz y Valdecaballeros. Fuentes solventes de la Administración, sin embargo, reconocen que no se descarta que algún grupo nuclear más se vea afectado por el citado plan, si se comprueba que la demanda energética prevista no requiere enchufar a la red nuevas instalaciones susceptibles de sobredimensionar aún más la capacidad de producción del, sector eléctrico."Sólo se autorizará", declaró una fuente solvente, "aquella central nuclear que demuestre su rentabilidad y que garantice que va estar funcionando 5.000 horas al año, como mínimo. Los criterios de economicidad, ahorro y adecuación de la oferta a la demanda prevista son los que han primado y primarán en la elaboración del plan. Efectivamente, nuestros cálculos hablan de que la potencia nuclear instalada se verá reducida hasta unos 7.000 megavatios, y así se lo hemos comunicado hace tiempo al sector".
En cualquier caso, en el Ministerio de Industria y Energía no se tiene decidido de una manera precisa qué instalaciones nucleares se verán afectadas definitivamente. "El proceso de selección va a ser complicado y está sometido actualmente a negociaciones. En, cualquier caso, si se puede decir que los criterios seguidos van a ser los de economicidad y, desde luego, de necesidad. Lo que no vamos a hacer va a ser seguir construyendo instalaciones energéticas que la evolución prevista de la demanda no aconseja".
Por otro lado, y en relación a las supuestas declaraciones del diputado aragonés, José Félix Saénz, coordinador del grupo socialista en la Comisión de Energía del Congreso, el propio interesado ha corregido a este periódico la errónea versión de sus manifestaciones a un diario de Zaragoza que distribuyó el martes una agencia de noticias. Según el diputado, en sus declaraciones no citó las cinco centrales -Lemóniz, Trillo, Almaraz, Valdecaballeros y Cofrentes-, que supuestamente iba a cerrar el Gobierno. "Eso es una majadería y cualquier persona informada lo sabe", declaró. "Ahí se mezclaban centrales de distintas generaciones, algunas de las cuáles incluso están ya funcionando, como es el caso de Almaraz I".
"Yo hablé", señaló el diputado, "de que entre cuatro y seis de las centrales que están proyectadas quizá no entren en funcionamiento como estaba previsto. Tal es el caso de Valdecaballeros I y II y, quizá, Lemóniz. En Valdecaballeros la cosa es grave porque se está trabajando a marchas forzadas y a lo mejor estos esfuerzos son inútiles. En Cofrentes, por ejemplo, las obras están tan avanzadas que sería antieconómico paralizarlas".
Configuración del PEN
La versión actual del PEN se configura en estos momentos, según fuentes solventes, en dos gruesos volúmenes. El primero contiene la filosofía y datos básicos sobre estimacicaes de la demanda (un 3,3% de crecimiento anual para la energía eléctrica) y distribución de cada energía dentro de la estructura de energía primaria. El segundo, los anexos, contienen más datos y cifras técnicas así como la metodología seguida en la elaboración del programa.
Prácticamente, todos los capítulos están cerrados, con, excepción del correspondiente al gas natural, pendiente de la conclusión de las negociaciones con Argelia y de las previsiones, en todo caso, del proyecto del gasoducto mogrebí. Pero incluso si este capítulo del gas no se cierra para finales de octubre, el PEN será enviado al Parlamento con las salvedades de que las modificaciones en el sector hidrocarburos -gas y petróleo- no serán muchas. Aquí se tiene la idea de lo que gane el gas en importancia, dentro de la estructura de la energía primeria lo perderán, en todo caso, los productos pesados y gases derivados del petróleo.
En cuánto al carbón, el PEN no contempla el cierre de ninguna de las centrales autorizadas o previstas. Sí habla de utilizar carbón nacional en Aboño I y II, en Gijón, previstas originalmente para carbón importa do. Se mantandrá Carboneras I y Algeciras I, que funcionarán, en una primera fase, con importado, pero que luego podrían quemar carbón nacional.
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