Sobre Julio Iglesias

Contestando a la carta de doña Mirian Flores publicada en ese diario el 12 de agosto pasado, en la que se pide que Julio Iglesias se vaya de España por motivaciones políticas, deseo hacer las siguientes reflexiones:1. No comprendo cómo puede una persona encerrarse en un arquetipo ideológico y apasionarse por sus colores de forma que no admita a nadie fuera del mismo. Eso es dictadura.

2. No es justo enmarcar a todo el mundo en determinado cuadro o grupo político, como suelen hacer con frecuencia en la Prensa española algunos comentaristas que erróneamente piensan que todo debe medirse por el mismo rasero, el político.

A Julio Iglesias debe mirársele como un cantante y como tal juzgarle. Por eso me parece correcta la contestación dada por él a las insidiosas preguntas de determinados reporteros: "Yo canto para las gentes de un pueblo, no para los gobernantes".

El hecho de que Julio cobre mucho no le evita por eso ser cantante del pueblo y de las masas. El precio de las entradas lo pone el público y depende directamente del mayor o menor prestigio del cantante.

3. Por otra parte, si el mundo admira a nuestro cantante y la revista Newsweek le coloca el apelativo del más popular del mundo, por qué no vamos a quererle en ésta que es su patria... Y si usted no quiere verle, ¿por qué privar al resto de los españoles de ese privilegio? /